Científicos de la universidad china de Sichuan han llevado a cabo un estudio que sugiere que la Covid-19 podría provocar alteraciones cerebrales estructurales en los niños. La investigación, que lleva por título 'Brain Microstructural Alterations in Children Post-COVID-19 Infection Through VBM, SBM, and Structural Covariance Network Analysis' (Alteraciones cerebrales estructurales en niños recuperados de COVID-19: un estudio con resonancia magnética y análisis de redes cerebrales), y que se ha publicado en la revista Branin and Behavior, está basada en el análisis del cerebro de un total de 26 menores de entre 8 y 12 años.
El poyecto se basó en la realización, por medio de este tipo de pruebas de imagen, de una comparación con otros tantos niños sanos del mismo sexo y edad.
Se realizaron mediciones del volumen cortical, el grosor y profundidad de los surcos cerebrales y la conectividad entre regiones cerebrales, mediante redes de covarianza estructural y teoría de grafos; y se observó que tras pasar la enfermedad, había reducciones de regiones como la corteza cingulada, implicada en la regulación emocional y cognitiva; el hipocampo, clave en la memoria; y el giro temporal superior, relacionado con el lenguaje y la audición.
Asimismo, se apreciaron cambios morfológicos como la disminución del grosor y profundidad de surcos en el giro temporal superior, si bien se produjo cierta recuperación con el tiempo.
En lo que respecta al análisis de redes cerebrales, se detectó menor eficiencia global en la red cerebral de los niños que habían pasado la Covid, es decir, su cerebro transmite información de forma menos eficiente entre regiones lejanas.. Se apreció mayor 'small-worldness', lo que sugiere, apuntan los autores, una reorganización compensatoria de las conexiones locales y se observó que la conectividad local se mantenía relativamente estable.
El estudio de estos científicos chinos, determina, por tanto, que la Covid, aún cursando de forma leve, puede provocar en los niños cambios sutiles, pero medibles, en el cerebro, que podrían afectar a funciones emocionales y sensoriales.
Algunas de estas alteraciones podrían normalizarse con el tiempo gracias a la plasticidad cerebral infantil, pero otras podrían persistir y requerir seguimiento clínico. Esto subraya la importancia de que en niños que han pasado la infección se ha haga un seguimiento neurológico y psicológico a largo plazo.
No obstante, la propia publicación reconoce que el estudio tiene limitaciones. Parte de una muestra pequeña de población infantil, solo 26 menores, y no incluye pruebas funcionales. A eso hay que añadir que solo se utilizaron imágenes estructurales, sin análisis funcionales y que los cambios naturales del propio desarrollo podrían interferir también con los resultados.
Covid en el embarazo e inmadurez cerebral
El efecto que la Covid-19 puede tener sobre el cerebro también ha sido estudiado en otras investigaciones, como la llevada a cabo por el Instituto de Neurociencias del CSIC basada en niños cuyas madres pasaron la enfermedad estando embarazadas.
En ese caso se observó que los fetos que estuvieron expuestos a la enfermedad durante la gestación tienen 10 veces más posibilidades de sufrir retraso cognitivo, sobre todo, en lo que afecta al aprendizaje y la memoria.
La clave estaría en la semana 20, cuando el cerebro del feto está en plena formación.. La proteína ACE2 es crucial para la migración de neuronas y el flujo de oxígeno y pero también es la que utiliza el coronavirus como puerta de entrada y en esta etapa el cerebro del bebé es especialmente vulnerable, pues no ha desarrollado la barrera protectora que más tarde lo aísla.
El escenario cambia, sin embargo, en el caso de las madres vacunadas que se infectaron después durante la gestación, pues la inmunización reduce significativamente la carga viral.