Miguel Fernández Torres, un joven de 20 años de Fuenlabrada (Madrid), escribió recientemente una carta a El País para transmitir su preocupación por el futuro de las universidades públicas. Este joven estudiante ha comunicado que ha sido el primero en su familia, junto con su hermana, en poder acceder a la educación universitaria. Por tanto, ha querido profundizar en lo que considera un ataque sistemático a la educación pública por parte del gobierno de Isabel Díaz Ayuso.

En su carta, este joven del sur de Madrid denuncia cómo estas políticas de la Comunidad de Madrid están deteriorando estas instituciones públicas debido a los recortes y favoreciendo la educación privada. “Defendamos lo público, defendamos el acceso universal a la formación, defendamos que las universidades se llenen de gente como mi hermana y yo”, expresa el joven estudiante.

Además, Miguel Fernández ha manifestado su preocupación por la creciente desigualdad de condiciones, señalando que estas medidas, que buscan acabar con las universidades públicas, dejan un amplio abanico de opciones únicamente a los estudiantes que pueden permitírselo económicamente:  “¿Qué nos queda si ni siquiera nos podemos formar? ¿Dónde está el mérito del que tanto hablan y defienden?”.

Miguel ha querido hablar en nombre de muchos estudiantes que se forman en universidades públicas y que dependen de ellas, dejando claro que la universidad no puede ser solo un privilegio de unos pocos. Por ello, ha hecho un llamamiento a defender lo público y a proteger un sistema que ha permitido a muchos jóvenes, como él y su hermana, acceder a una educación digna y pública.

Las universidades públicas madrileñas alzan la voz

Las seis universidades públicas madrileñas defienden su papel “como el motor principal del desarrollo y el ascensor social más eficiente” a pesar de la falta de financiación que arrastran desde la crisis de la pasada década. Señalan que esta carencia de recursos puede afectar negativamente la modernización de su oferta educativa, la renovación de plantillas y la mejora de infraestructuras fundamentales.

Además, han subrayado que son espacios de debate libres, donde prevalecen la tolerancia, la convivencia y la pluralidad, rechazando cualquier intento de adoctrinamiento. “Nuestro compromiso es con el conocimiento, la investigación, la transparencia, la cultura, la creación artística y la formación de las personas y profesionales que nuestra sociedad necesita. Mostramos nuestro rechazo a que nuestras instituciones sean instrumentalizadas en un debate partidista y simplista”, concluyen en su carta.