El cáncer de próstata es el tumor sólido más frecuente en los hombres.  Cada año se diagnostican en nuestro país alrededor de 30.000 nuevos casos, y aunque la mayor parte de los pacientes supera los 60 años, el número de personas jóvenes afectadas por esta enfermedad ha ido en aumento.

A la hora de abordar el tratamiento quirúrgico de esta patología el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid apostó hace unos tres años por la cirugía robótica, la cual comporta importantes ventajas.

Menos invasiva y más precisa

“Esta plataforma permite afrontar intervenciones de alta complejidad, tanto oncológicas como reconstructivas, con las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva”, explica el Dr. Ramiro Cabello, jefe asociado del Servicio de Urología.

Él y su equipo están realizando este tipo de abordaje en prostatectomía radical robótica y cistectomía radical robótica con derivación urinaria intracorpórea con excelentes resultados.

En este tipo de intervenciones la técnica es mucho más minuciosa, gracias a que se lleva a cabo a través de Da Vinci Xi, la versión más evolucionada de este robot quirúrgico.

El empleo de este sistema robótico permite realizar la cirugía de forma precisa a través de incisiones de apenas 1 cm, lo que hace que “el sangrado sea menor y se reduzca la necesidad de transfusiones”, precisa este especialista.

A esto hay que añadir que se elimina por completo el temblor de la mano y que es posible girar el instrumental en angulaciones mejores que en otros tipos de cirugía.

Del mismo modo, la visión del campo quirúrgico es mucho mayor y se perciben en 3D y con gran detalle.

Que el proceso sea menos invasivo conlleva reducción del dolor postoperatorio y del riesgo de infección postquirúrgica, de manera que se acortan también los tiempos de hospitalización y de recuperación. “El paciente puede retomar antes su actividad cotidiana”, resalta el Dr. Cabello.

“El cirujano tiene mayor precisión para poder realizar operaciones más complejas y el paciente experimenta menor trauma quirúrgico”, resume, precisando que esta, además, permite aplicar técnicas que ayudan a reducir las secuelas sobre la continencia y la función eréctil.

El sistema Xi

El sistema Xi está formado por tres componentes, la consola quirúrgica, el carro del paciente y la torre de visión, e incorpora importantes ventajas con respecto a modelos anteriores.

Facilita una visión 3D aumentada hasta diez veces, asegurando la claridad y precisión de los detalles anatómicos. “La calidad y ángulo de la cámara, facilita la realización de los procedimientos”, afirma el jefe asociado del Servicio de Urología.

La consola transforma el movimiento de las manos del cirujano en impulsos que son canalizados a los cuatro brazos robóticos, los cuales permiten al especialista controlar hasta tres instrumentos y una óptica, y “utiliza pinzas de 8 mm de grosor, dando libertad de movimiento y una rotación de 3600”, apunta.

Asimismo, el robot tiene un láser de posicionamiento, que optimiza la posición de los brazos robóticos según la intervención seleccionada. “Permite una cirugía multicuadrante, es decir, efectuar intervenciones más complejas sobre órganos ubicados en cuadrantes diferentes, sin modificar la posición del robot y del paciente”, detalla.

A esto hay que añadir que incorpora el sistema FireFly, un filtro de luz que permite visualizar en tiempo real imágenes de alta resolución del flujo vascular y microvascular de los tejidos.

Por otro lado, la colocación de los puertos es más sencilla y rápida que en modelos anteriores, permite formar y entrenar a través de un simulador virtual y dispone de máquinas grapadoras articuladas con control robotizado.

Todas estas ventajas añadidas permiten “acceder de forma más fácil a regiones anatomías de difícil acceso, mejorar la radicalidad oncológica y la precisión reconstructiva”, sostiene el Dr. Cabello.

Da Vinci y docencia

Da Vinci Xi permite conectar una segunda consola para que dos cirujanos puedan realizar juntos la intervención, lo que aumenta la eficiencia en la formación, reduce la curva de aprendizaje y hace factible la asistencia quirúrgica.

Un equipo especializado y multidisciplinar

En concreto, el Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz cuenta con cuatro cirujanos con dilatada experiencia en cirugía abierta y laparoscópica, acreditados para la utilización de la plataforma Da Vinci, que son, además del Dr. Cabello, Juan Ignacio Monzó, Carmen Gomis y Cristina Quicios.

Junto a ellos, participan en las intervenciones anestesistas y personal de enfermería especializados todos ellos en cirugía robótica.

El grupo trabaja conjuntamente con otras especialidades para realizar procedimientos complejos de otras patologías que afecten al aparato genitourinario, como son los tumores digestivos o la patología ginecológica; y entre los planes de futuro está ampliar este tipo de procedimientos a la cirugía renal y reconstructiva.

Esto hace que la Fundación Jiménez Díaz se encuentre en “una posición de privilegio para ser un centro de referencia a nivel nacional en cirugía robótica”, concluye el Dr. Cabello.