¿Puede una persona con diversidad visual disfrutar de una pintura?  Que se lo pregunten a Ignasi Terraza, el pianista ciego de jazz que en el 2015 creó un disco inspirado en las descripciones y poemas que la historiadora del arte Carlota Polo escribió de la obra de Miró. Marta Puigdemasa explica en el portal social social Alma su periplo por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) en busca de respuestas para descubrir que el arte contemporáneo es mucho más para todos de lo que en realidad pensamos. La colección “Bajo la superficie” del MACBA está destinada a personas con diversidad visual para hacernos reflexionar sobre qué significan los verbos ver y mirar. 

“Normalmente empezamos preguntándoles qué experiencia tienen ellos del objeto espejo”, cuenta el primer técnico de accesibilidad en la historia del MACBA, Guillem Martí. “¿Qué ven? ¿Qué no ven? ¿Qué es para ellos un espejo?”. Según Guillem, esta obra de Michelangelo Pistoletto, titulada Arquitectura del espejo, no está hecha para que te mires y te veas perfectamente, sino para empezar a especular con ciertos aspectos del arte contemporáneo. “Uno de ellos es que la historia de la pintura hasta cierto punto estuvo gobernada por la idea de que los cuadros tenían que representar la realidad con fidelidad y esto es algo que el arte contemporáneo ha roto completamente: el espejo se ha empezado a utilizar para crear juegos de luz y de distorsión de la imagen. Hay ejemplos desde en Las Meninas hasta en Picasso".

Este mismo guía le explicó que las personas ciegas son las que mejor entienden qué es un espejo y también que el arte contemporáneo no está hecho para que se vea la obra "e instantáneamente tengas un síndrome de Stendhal”. “La mirada no es tan evidente”, enfatiza Guillem.

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