El rapero Domingo Antonio Edjang Moreno, conocido artísticamente como El Chojin, ha vuelto a poner el foco en uno de los debates que más le preocupan: el auge de la extrema derecha y su creciente capacidad para seducir a sectores jóvenes a través de discursos aparentemente inocuos. El artista, que en 2008 logró un Récord Guinness al recitar 921 sílabas en un minuto, ha reflexionado sobre esta cuestión en una entrevista concedida a La Cafetera, el programa de radiocable, donde abordó el papel de la música como herramienta de conciencia social y alertó de la normalización de mensajes excluyentes.
Fiel a un estilo directo y pedagógico, El Chojin respondió a una pregunta de la audiencia sobre cómo la ultraderecha ha logrado apropiarse de conceptos como la superación personal o el estoicismo para vehicular su ideario. Para el rapero, el problema empieza cuando se utilizan palabras y referencias sin comprender su significado real. A su juicio, se recurre a términos que suenan profundos o elevados para legitimar mensajes que, en el fondo, poco tienen que ver con esas corrientes filosóficas y mucho con una visión simplista y reaccionaria de la realidad.
En su análisis, el músico fue más allá y situó a la ultraderecha como el principal desafío político y social a escala global. Según explicó, estos discursos no se quedan en la mera discriminación simbólica, sino que contribuyen a justificar comportamientos que pueden desembocar en agresiones reales. En ese proceso, advirtió, se va reduciendo el alcance del “nosotros”, un concepto que cada vez engloba a menos personas. Ese repliegue identitario, sostuvo, genera una falsa sensación de cohesión interna que, paradójicamente, alimenta el conflicto con quienes quedan fuera.
Un mensaje que cala
El Chojin también denunció la incoherencia que, a su entender, atraviesa buena parte del argumentario de la extrema derecha. Como ejemplo, relató el impacto que le causó un vídeo reciente protagonizado por una militante de Vox que recorría un barrio contabilizando negocios regentados por personas extranjeras frente a los de origen español. Para el rapero, ese tipo de mensajes evidencian una contradicción de fondo: se acusa a los inmigrantes de vivir de ayudas públicas, pero también se les señala cuando emprenden, crean empresas y cumplen con la legalidad fiscal. “Nada es suficiente”, vino a resumir, porque el rechazo no se basa en hechos objetivos, sino en una animadversión visceral hacia el “otro”.
Desde su perspectiva, esta lógica choca frontalmente con la naturaleza misma de las sociedades contemporáneas. El Chojin defendió que una comunidad no puede entenderse como un bloque uniforme, sino como un espacio necesariamente plural y diverso. La heterogeneidad, subrayó, no es una opción ideológica, sino una realidad incontestable: las personas son distintas y no existe alternativa a convivir con esa diversidad.
El rapero también se refirió al intento de la ultraderecha de apropiarse de un discurso obrero y de presentarse como defensora de los problemas cotidianos de la gente. A su juicio, esa estrategia responde únicamente a la búsqueda del poder y acabará desvelándose como una impostura cuando esas fuerzas gobiernen. No obstante, mostró comprensión hacia quienes se sienten atraídos por esas promesas, al reconocer que existe una profunda carencia de liderazgo y de relatos políticos capaces de ofrecer horizontes creíbles. “Es lógico querer soluciones”, señaló, aunque advirtió de que no existen respuestas sencillas para problemas complejos.
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