Hoy alejada del foco mediático, Antonia Dell’Atte ha concedido una entrevista al diario El País, en la que revive los episodios de maltratos a las que le sometió su expareja Alessandro Lecquio y que tantas veces comentó ante los medios de comunicación en su momento. Sin embargo, lejos de brindarle el calor que necesitaba, la prensa rosa inició una campaña en su contra que casi perdura hasta la actualidad. La celebridad recuerda aquella época con notables signos de un dolor que ni el tiempo cura, además de denunciar el “blanqueamiento” de reconocidos rostros de Telecinco como Ana Rosa Quintana o Javier Sardá al que fuera su marido en aquella época.

La exmodelo recuerda que en marzo de 1991 se presentó en una comisaría de Madrid para interponer una denuncia “por abandono familiar y malos tratos físicos y psíquicos” contra el que entonces era su marido y padre de sus hijos: Alessandro Lecquio. Dell’Atte era una de las figuras más reconocidas de la moda en Italia, su país, antes de trasladarse a España donde apenas era conocida. Situación que, a la postre, jugó en su contra. Especialmente en la buena relación que guardaba su expareja con los medios de comunicación, capital para evitar la caída en desgracia de éste tras salir a la luz los episodios de maltrato a los que sometía a su mujer. De hecho, la prensa rosa la calificaría de “loca, despechada y mentirosa” cuando el matrimonio se fue a pique y Lecquio comenzó una nueva relación con Ana Obregón.

El comienzo de todo

Antes de denunciar la mala praxis de la prensa, Dell’Atte recuerda en su entrevista en El País el origen de todo. La modelo y el conde se conocieron en 1986, cuando ésta trabajaba para la firma Giorgio Armani. Ambos tuvieron que esperar un año para reencontrarse. Fue en un concierto de David Bowie en Milán, antes de que Lecquio la volviera a llamar para invitarla presuntamente a su fiesta de cumpleaños. Pero no existía tal celebración, sino que fue un acto “romántico” para conseguir una cita con ella. Algo que a la propia modelo le cautivó en aquel entonces.

Constató que Lecquio conocía al dedillo toda la vida de Dell’Atte e incluso admitió que tenía una foto suya colgada en su habitación. Sin embargo, la transalpina no tenía ni idea de quién era el hombre que tenía delante. Recuerda que se presentó como Alessandro Lecquio di Assaba: “Soy de Turín y mi madre es de Torlonia”, relató, apostillando que era miembro de una familia poderosa y que su madre era prima del rey emérito Juan Carlos I. Tras la cita, ambos compartieron un año entero de conversaciones infinitas, hasta que comenzó a enamorarse porque “encajaba” en lo que ella quería, que no era sino conseguir una “vida normal, una familia”. “No quería equivocarme, pero se había mostrado como un ángel”, agregó.

Primeros síntomas

Pero esa imagen de “ángel” caído del cielo no tardaría en difuminarse. Fue una frase del conde Lecquio la que encendió todas las alertas internas en Dell’Atte. Según el testimonio de la modelo, el colaborador televisivo le dijo una vez “yo te defenderé”. Una sentencia que no sonó bien en el inconsciente de la modelo italiana. “Con el tiempo entendí que los hombres no te tienen que defender, te tienen que apoyar. Pero empezaba la manipulación”, continúa, mientras relataba los intentos de Lecquio por aislarla.

Dell’Atte revela que lo que pretendía su entonces marido era que no hablase con nadie más que con él. Maniobraba para hacerle creer que sus amigos no eran verdaderas amistados con frases como “tú no tienes amigos” porque “te utilizan” por su posición. “Nadie te quiere”, recuerda que le decía su expareja. También atacaba directamente a su propia familia, argumentando que era “muy pobre” y que ahora que era “condesa” ya no hacía falta que les viera.  

Para entonces, ya estaba casada con Lecquio y embarazada de su hijo Clemente, pero incluso en su luna de miel, Dell’Atte recuerda que ya había altos niveles de toxicidad en su relación. Recuerda que a veces se preguntaba incluso con quién se había casado, al comprobar cómo le trataba su marido.

Episodios de maltrato severo

La modelo regresó a la etapa más dolorosa de su vida. Cuando los síntomas ya no eran aviso, sino que eran una realidad. Recuerda con pesar la primera agresión que sufrió por parte de Lecquio: “La primera patada que me dio, estando embarazada, fue a la vuelta de la luna de miel”. Las amenazas y agresiones eran continuas e incluso la controlaba y acusaba de “mirar a otros hombres”. Tanto fue así, que le obligó a dejar de trabajar para encerrarla en su casa, prohibiéndole el contacto con su familia y amigas.

Al nacer su hijo, la madre de la modelo, tras comprobar el sufrimiento de su hija, advirtió a Lecquio: “Si vuelves a tocar a mi hija, te vas a enterar”. Pero ese aviso no hizo mella en su yerno, que continuaba hostigando a su pareja, quien intentó varias veces separarse. “Yo sólo quería irme, escapar”, relataba Dell’Atte, pero cada vez que pedía el divorcio, éste le respondía con amenazas: “Si tú me dejas, te mato, y a tu familia”.

Finalmente, se mudaron a España, y la modelo tuvo de nuevo un poco de vida social, que aprovechó para conocer a Ana Obregón. La relación entre ambas fue estrechándose, pero Lecquio no le permitía invitarla a su casa porque “ese tipo de mujer” no pisa su hogar. Pero nada más lejos de la realidad, ya que su marido comenzó una relación extramatrimonial con la bióloga y actriz, aunque esa infidelidad le sirvió a la italiana para alejarse por fin del conde y vivir en paz.

Blanqueamiento en Telecinco

Sin embargo, uno de los aspectos más negativos de su calvario con el conde Lecquio fue la influencia de su marido en los medios de comunicación. Y es que después de todo el sufrimiento, incluso con la violencia ratificada por la Justicia, Dell’Atte fue objeto de una persecución constante por parte de la “prensa rosa”. En concreto de Telecinco. En su entrevista al diario El País, la modelo denunciaba a periodistas como Ana Rosa Quintana, María Teresa Campos o Javier Sardá por “blanquear y encubrir” al colaborador televisivo. “Una manipulación en la que tenía que ser derrotada”, recuerda.

La exmodelo asegura que estos medios de comunicación son instituciones que “manipulan, desinforman y encubren” casos de violencia machista como el suyo. Por eso, aprovechando esta situación de descrédito, ha reclamado a las autoridades como el Ministerio de Igualdad que actúe contra este tipo de programas que “frivolizan mucho sobre la violencia” e incluso se ve a gente que “habla de malos tratos sin que en pantalla aparezca el 016”.

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