El debut de JADE en el universo mainstream fue con Whitney Houston y su icónica “Where Do Broken Hearts Go”. Estamos en 2008, en el casting de la versión británica de Factor X. Ella tenía 16 años y desplegó el germen de su plumaje artístico llenita de sed de primeras veces, talento e ingenuidad. Recibió a cambio un “sí” a medias: no alcanzó el escenario del show televisivo, pero pasó a la siguiente fase.

En 2011 fue su tercer intento, alcanzó el plató. Su timidez seguía ahí, casi tan protagonista como ella. Cantó “I Want to Hold Your Hand” de The Beatles. El destino, el trabajo bien hecho y un fandom fiel quisieron que, años después, JADE junto a Little Mix consiguiera el mismo BRIT Award que ellos ganaron en 1977, Mejor Grupo Británico.

En esta ocasión, Kelly Rowland le sugirió integrarse en una banda; JADE hizo un micro gesto de desaprobación. Kelly como ex miembro de Destiny's Child sabía de lo que hablaba y tenía razón. Ese año, The X Factor coronó a Little Mix: Jesy, Perrie, Leigh-Anne y JADE. Una década estuvieron girando y batiendo récords de ventas, pero tú y yo sabíamos que JADE también tenía mucho que contar por su cuenta.

En 2021, Little Mix hizo historia en los BRIT Awards: primera girlband en recibir el premio a Mejor Grupo Británico desde la fundación del certamen en 1977. ¿De verdad hubo que esperar hasta entonces para reconocer a una banda formada principalmente por mujeres? El argumento meritocrático no resiste el análisis. Tras ellas vinieron Wolf Alice (2022) y Wet Leg (2023). Ese mismo año, unos meses después, Little Mix se separaba.

La británica estrenó en julio de 2024 su primer single en solitario: “Angel of My Dreams”. Una carta de presentación que funciona como declaración de intenciones y desahogo: un duelo entre las expectativas de ser estrella pop y la crudeza de una industria que, es eso, una industria. Ningún sueño se alcanza en soledad y nos lo ha demostrado rotundamente  en “THAT SHOWBIZ BABY!”, su álbum debut y motivo de esta reunión musical que nos ha unido a ti y a mí en este texto.

En “IT Girl”, Jade canaliza la rabia y sacude cualquier atadura: ya no es el producto de nadie. Esa misma energía se despliega en “FUFN (Fuck You For Now)” y “Glitch”, aunque desde registros distintos: empieza con la frontalidad de la electrónica, pasando por un pop más meloso en la forma y acabando con un R&B experimental con enfoques futuristas.

La oscuridad atraviesa el disco, pero no de la manera prototípica que imaginas. “Plastic Box”, “Natural at Disaster”, “Midnight Cowboy” o “Headache” son confesiones sin culpa: inseguridad, necesidad de posesión, deseo reprimido, conexiones dañinas. Emociones incómodas que JADE reivindica como parte de lo humano.

Esa valentía trae consecuencias: “Fantasy” es un himno de identidad y orgullo —si encajas demasiado, te diluyes—, mientras que “Self Saboteur” propone escuchar tu dolor para creerte merecedora de lo que te abriga y te calma.

Entre las piezas más íntimas está “Unconditional”, dedicada a su madre, Norma Badwi. La misma que esperaba a la artista entre bambalinas después de ese primer casting de 2008. JADE dijo en una entrevista que hace unos años Norma se parecía mucho a Diana Ross, una de sus inspiraciones junto a Madonna, Janet Jackson o Cascada. Emocionada, ha confesado que es su letra favorita del álbum.

El tiempo, otro de los ejes del disco, aparece en “Before You Break My Heart”, un agradecimiento a la JADE niña y a todo el camino recorrido, con un sonido sesentero que evoca el verano del amor. Y en “Silent Disco” se cuela lo personal: su relación con Jordan Stephens (Rizzle Kicks). Ambos aparecen en el videoclip del tema junto a sus versiones más adultas escenificando el paso del tiempo del amor romántico genuino. Es el cierre del álbum y llega con susurros, coros líricos y sintetizadores oníricos, como un cuento que se apaga lentamente.

¿No hay colaboraciones en este disco? Sí, pero no las obvias ni las que suelen venderse como imprescindibles en un debut en solitario. JADE ha preferido rodearse de un equipo clave en la composición y producción: Mike Sabath, Pablo Bowman, Steph Jones, Henry Walter, Lauren Aquilina o Rachel Keen (RAYE), entre otros. Nombres que, a su vez, han trabajado con artistas como Sabrina Carpenter, Charli XCX, Tiësto, Tate McRae, Doja Cat, Justin Bieber, Måneskin, Camila Cabello o Nicki Minaj.

El resultado es un engranaje afinado: responsables de éxitos globales al servicio de un disco que no quiere sonar a lo de siempre. Cada canción está construida con criterio y una identidad muy marcada, logrando que nada se repita, que todo tenga un matiz propio.

Hemos visto a JADE en Edimburgo teloneando a Chappel Roan y la veremos a partir de octubre en solitario en su gira por Reino Unido.

“THAT SHOWBIZ BABY!” es, en definitiva, un álbum donde Jade Thirlwall se declara al mundo: imperfecta, intensa, libre. Y sobre todo, dueña de su historia.