Cada septiembre, la ciudad de Bath celebra el Jane Austen Festival, una cita que reúne a miles de seguidores de la autora y que confirma la vigencia de su obra más de dos siglos después. Desde los salones de la Inglaterra georgiana hasta las adaptaciones modernas que reimaginan sus mundos, Jane Austen sigue siendo una voz inigualable sobre el amor, la moral, el carácter y las convenciones sociales.
Aunque Orgullo y Prejuicio suele ser la cabeza de cartel más popular, sus otras obras y adaptaciones ofrecen matices distintos, personajes menos encumbrados, dilemas morales menos obvios y más exploraciones de lo que la sensatez, la sensibilidad y la persuasión significan cuando los corazones, los deberes y las expectativas sociales se enredan.
Austen no solo escribía historias de amor; retrataba con ironía y sutileza los códigos de su tiempo, y por eso sus relatos resuenan todavía hoy. Sus heroínas luchan por encontrar un lugar en un mundo que limita sus aspiraciones, y los conflictos que atraviesan —la presión social, las diferencias de clase, la tensión entre la razón y la emoción— siguen siendo universales. Quizás esa sea la clave de por qué, dos siglos después, su obra continúa siendo adaptada al cine y a la televisión con tanto éxito.
En Sentido y Sensibilidad (1995), la combinación del guión de Emma Thompson y la dirección de Ang Lee ofrece una versión emotiva y sobria de las hermanas Dashwood: Elinor con su sensatez contenida y Marianne con su pasión adolescente. La película explora las dos caras del amor —la prudencia frente al arrebato— y consigue equilibrar la ironía social de Austen con una sensibilidad cinematográfica elegante. Fue, además, una adaptación que abrió la puerta a un renovado interés por el cine de época en los noventa, situando de nuevo a Austen en el centro de la cultura popular.
Emma (2020, dirigida por Autumn de Wilde) nos muestra a una Austen tremendamente entretenida: Anya Taylor-Joy da vida a una protagonista que comete errores con gracia, se enreda en engaños y equivocaciones, y que, pese a su seguridad (o a la apariencia de ella), acaba creciendo en autoconocimiento. Esta versión juega con la estética colorida, casi de cuento, para subrayar el humor y la ligereza de la historia, al tiempo que mantiene la crítica a la rigidez social de la época.
Por su parte, Persuasión (2022, dirigida por Carrie Cracknell) ofrece una mirada diferente a la novela original: apuesta por un tono más ligero y contemporáneo, con una Anne Elliot que rompe la cuarta pared y se expresa con un lenguaje casi anacrónico. Esta reinterpretación ha generado división entre el público: para algunos supone un intento fresco de acercar a Austen a las nuevas generaciones, mientras que para otros diluye la profundidad y el peso emocional que distinguen a la obra.
En este episodio de Solas en casa, Alba Pino y Lidia Fernández Galiana hablarán de estas tres películas: qué las conecta, qué las diferencia, cómo cada una interpreta los temas clásicos de Austen —clase, amor, deber, identidad—, qué funciona en ellas y qué no, y por qué, después de tanto tiempo, estas historias todavía nos importan. Austen puede vestirse de época, de ironía o de modernidad, pero siempre regresa al mismo lugar: al corazón humano y sus contradicciones.