Escapadas… en Cercanías

Del teatro romano a la Albufera: un viaje en tren por el corazón de Valencia

El Cercanías de Renfe ofrece la posibilidad de cruzar siglos de historia en apenas unos kilómetros. Desde el norte de Valencia hasta los arrozales del sur, el tren es el mejor compañero para descubrir ciudades fortificadas, huertas vivas y rincones esenciales para comprender el pasado —y el presente— de la Comunidad Valenciana. La Ruta del Arroz y el Mar es también una forma de viajar cómoda, sostenible y accesible, pensada para disfrutar en familia, con amigos o incluso con tu mascota.

Sagunt: el Mediterráneo más épico

A menos de una hora de Valencia, Sagunt es una joya arqueológica y patrimonial que se levanta sobre un cerro habitado desde tiempos íberos. Su historia se remonta más de 2.000 años, con huellas que van desde los vestigios íberos y romanos hasta las murallas medievales y la arquitectura barroca. El tren llega a la parte baja de la ciudad, pero un paseo por sus calles empedradas conduce a la colina donde se alza el teatro romano del siglo I d.C., excavado directamente en la roca. Con capacidad para más de 6.000 espectadores, es hoy uno de los espacios escénicos más singulares del Mediterráneo.

Junto al teatro, el castillo de Sagunt —una fortaleza de más de un kilómetro de longitud— ofrece una vista panorámica del litoral y del casco antiguo. La visita puede completarse con el Museo Arqueológico, ubicado en una casa señorial, y un recorrido por el barrio judío, con su trazado medieval.

Sagunt no es solo historia: también es mar, con sus playas cercanas, y naturaleza, con senderos que se adentran en la Sierra Calderona. Ideal para una jornada cultural y paisajística accesible en tren.

Valencia: modernismo, comercio y cultura viva

La Estación del Norte de Valencia, joya modernista inaugurada en 1917, es la puerta de entrada ferroviaria a una ciudad con siglos de historia y una vitalidad única. Desde aquí se accede a pie a la Plaza del Ayuntamiento y a los barrios históricos como El Carmen, donde se cruzan estilos arquitectónicos, murallas árabes y grafitis contemporáneos.

La Catedral de Valencia, mezcla de románico, gótico y barroco, es uno de los templos más visitados de España y custodia el Santo Cáliz, que algunos identifican como el auténtico Grial. Junto a ella, el Miguelete ofrece una de las mejores vistas de la ciudad desde sus 207 escalones.

No puede faltar una visita a la Lonja de la Seda, declarada Patrimonio de la Humanidad, y al Mercado Central, un templo gastronómico y arquitectónico. En sus calles, modernismo, barroquismo y racionalismo conviven con una red densa de librerías, museos, jardines y espacios culturales.

El tren es también una forma de reconectar con la dimensión agrícola de Valencia. Basta alejarse unos minutos del núcleo urbano para recuperar la imagen de la huerta regada por las acequias del Turia, de pueblos anexos con tradición alfarera o textil, y del paisaje que alimenta la cultura mediterránea.

Sueca y La Albufera: arroz, canales y literatura

La línea C1 de Cercanías continúa hacia el sur y nos adentra en la comarca de la Ribera Baja, donde el arroz es mucho más que un cultivo: es paisaje, cultura y forma de vida. Sueca, capital de la comarca, es una ciudad que sorprende por su arquitectura modernista —con influencias del Art Nouveau catalán—, su vinculación con el movimiento racionalista y una intensa vida cultural.

La ciudad es atravesada por la Acequia Real del Júcar, uno de los sistemas de riego más antiguos y sofisticados de la península, y conserva en su trazado urbano elementos de arquitectura popular como barracas y alquerías. Desde la estación, se puede caminar o pedalear hasta los arrozales de la marjal, donde la luz y el agua dibujan paisajes cambiantes según la estación.

Muy cerca se encuentra el Parque Natural de la Albufera, un ecosistema único de laguna litoral y marjal que acoge especies de aves migratorias y embarcaciones tradicionales. Este entorno fue inmortalizado por Vicente Blasco Ibáñez en su novela Cañas y barro, un clásico del naturalismo español. La ruta puede completarse con una visita a El Palmar, donde la paella valenciana alcanza su máxima expresión, o con un paseo en barca al atardecer.

Patrimonio y paisaje a menos de una hora

Sagunt, Valencia y Sueca forman un triángulo perfecto para escapadas breves, variadas y llenas de contenido. La red de Cercanías permite conocer, sin prisas ni coche, los paisajes históricos del Mediterráneo: desde fortalezas romanas hasta arrozales vivos, pasando por la vitalidad de una gran ciudad con raíces en cada piedra. Un viaje accesible y cercano, ideal para redescubrir la Comunidad Valenciana desde otra mirada.

Banner Cercanías Renfe pequeño