Escapadas… en Cercanías

Tres viajes en tren para perderte en la historia desde el corazón de Madrid

Aranjuez, Alcalá de Henares y El Escorial: tres joyas Patrimonio de la Humanidad, al alcance de Cercanías

Desde la estación de Atocha parten cada día miles de personas rumbo a sus destinos laborales o académicos. Pero también hay otra forma de viajar desde el corazón de Madrid: con un billete de Cercanías y una mochila ligera, puedes sumergirte en siglos de historia, arte y paisajes sin salir de la Comunidad. Las líneas C2 y C3 ofrecen tres escapadas que combinan cultura, naturaleza y patrimonio en trayectos cortos, sin coche y sin complicaciones.

Son planes ideales para un fin de semana o incluso para una excursión de un solo día. Puedes llevar tu bicicleta, viajar con tu mascota o disfrutar en familia de una experiencia distinta, accesible y sostenible.

Aranjuez: jardines reales junto al Tajo

El viaje comienza hacia el sur, en la línea C3. En menos de una hora desde Atocha, el tren nos deja en Aranjuez, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una de las más bonitas de toda la Comunidad de Madrid.

El monumento más importante de la ciudad es el Palacio Real , cuya construcción se inició en el siglo XVI por orden de Felipe II y acabó ya en el siglo XVII, bajo el reinado de Carlos II. Fue la residencia oficial de verano de la Familia Real y hasta allí se trasladaba toda la Corte. Se alza en medio de una red de jardines históricos que bordean el río Tajo: el Jardín del Príncipe, el Jardín de la Isla o el Jardín de Parterre invitan a pasear, detenerse, leer o hacer picnic. Cuentan que el maestro Joaquín Rodrigo se inspiró en estos jardines para componer 'Concierto de Aranjuez'.

A esta experiencia se suma la historia ferroviaria con el célebre Tren de la Fresa, que evoca el primer trayecto entre Madrid y Aranjuez inaugurado en 1851. Hoy, la red de Cercanías mantiene ese espíritu de conexión. En el centro, además del palacio, se pueden visitar la Plaza de San Antonio, la Casa del Labrador, el Museo de Falúas Reales y pequeños comercios con productos locales. Un plan ideal para pasar el día, respirar naturaleza y disfrutar en familia o en pareja.

Alcalá de Henares, cuna de Cervantes y ciudad universitaria

A apenas media hora en Cercanías desde Atocha, Alcalá de Henares despliega una de las ofertas patrimoniales más completas de la Comunidad de Madrid. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta ciudad es mucho más que la cuna de Miguel de Cervantes. Su historia se remonta a la Complutum romana, pero fue en el Renacimiento cuando vivió su gran transformación gracias al impulso del Cardenal Cisneros y la fundación de su Universidad.

El Colegio Mayor de San Ildefonso, con su icónica fachada plateresca, alberga el Paraninfo donde cada año se entrega el Premio Cervantes. El casco histórico se organiza en torno a la calle Mayor, flanqueada por soportales y repleta de librerías, bares y comercios tradicionales. La casa natal de Cervantes y el Corral de Comedias, uno de los teatros más antiguos de Europa aún en uso, completan la ruta literaria.

A las joyas del Siglo de Oro se suman espacios arqueológicos como Complutum y la Casa de Hippolytus, que conservan mosaicos, restos urbanos y un aula dedicada a la educación romana. El Museo Arqueológico Regional, ubicado en un antiguo convento, ofrece exposiciones de referencia.

Además de su sólida oferta cultural, Alcalá es una ciudad dinámica, con vida estudiantil, cafés con encanto, festivales, mercados y ferias que llenan sus plazas de actividad, especialmente en primavera y otoño. Y todo ello, accesible en un cómodo trayecto de Cercanías.

El Escorial, el poder hecho piedra en la sierra madrileña

La línea C3 también conecta con San Lorenzo de El Escorial, puerta de entrada a la sierra madrileña y al monasterio más emblemático de la monarquía española. Enclavado entre montañas, el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es Patrimonio de la Humanidad desde 1984 y símbolo del poder de Felipe II. Su planta austera alberga una impresionante biblioteca, un panteón real y una colección artística que rivaliza con los grandes museos europeos.

El Monasterio de El Escorial fue mandado construir por Felipe II tras la victoria en la batalla de San Quintín, como símbolo del poder imperial español y lugar de retiro espiritual. El complejo, diseñado por Juan Bautista de Toledo y terminado por Juan de Herrera, marcó el estilo herreriano con su austeridad y grandiosidad geométrica.

En su interior conviven un palacio real, un monasterio jerónimo, una basílica y una de las bibliotecas renacentistas más espectaculares del continente, con techos decorados al fresco, miles de volúmenes antiguos y un sistema de ordenación por materias. También destaca el Panteón de los Reyes, una cripta de mármol donde reposan los restos de casi todos los monarcas españoles desde Carlos I.

En las terrazas artificiales que bordean el monasterio se ubican los jardines de los Frailes, los Jardines del Rey y de la Reina, que invitan a pasear con calma y contemplar la magnitud de este conjunto. En el casco urbano de San Lorenzo de El Escorial, declarado conjunto histórico-artístico, se suceden calles empedradas, plazas con soportales y edificios de piedra que completan la experiencia cultural.

La ciudad acoge además espacios como el Real Coliseo Carlos III —el teatro cubierto más antiguo de España aún en uso— y el Valle de los Caídos, a unos kilómetros, que puede visitarse con transporte público desde la zona.

Situado en las primeras estribaciones de la Sierra de Guadarrama, El Escorial es también un excelente punto de partida para rutas de senderismo. Una de las más populares conduce hasta la Silla de Felipe II, una formación de granito desde la que, según la tradición, el monarca contemplaba las obras del monasterio. El mirador ofrece una de las mejores panorámicas del conjunto monumental y del paisaje serrano. La zona cuenta con caminos señalizados que atraviesan pinares, zonas de matorral y antiguos caminos reales, ideales para quienes buscan combinar naturaleza y cultura en una misma jornada.

La llegada en tren añade valor a la experiencia, evitando las aglomeraciones de carretera y permitiendo un acceso relajado a uno de los lugares más simbólicos de la historia de España. Una oportunidad de acercarse al legado de los Austrias y a un paisaje que mezcla poder, espiritualidad y belleza natural.

Viajar sin prisa, redescubrir sin coche

Estas tres escapadas demuestran que no hace falta salir de la Comunidad de Madrid para hacer un viaje con sentido. La red de Cercanías permite moverse de forma sostenible, evitar el coche y disfrutar del trayecto como parte de la experiencia.

Además, es una opción ideal para quienes viajan con niños, mascotas o bicicletas. Con frecuencias regulares, buena accesibilidad y precios asequibles, el tren se convierte en la mejor manera de reconectar con nuestro patrimonio sin complicaciones.

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