Hace unos días, saltaba a la palestra unas presuntas momias extraterrestres de aspecto más que dudoso. Lo llamativo no es que digan que son o no de extraterrestres (pues con la misma soltura se han atribuido huesos a santos que ni siquiera existieron), lo sorprendente es cómo, una historia tan ridícula, ha alcanzado semejante difusión.

Como siempre, la historia nos ofrece una respuesta y para ello, conviene visitar una magnífica exposición: “Fake News, la fábrica de mentiras” que Fundación Telefónica ofrece en su sede de la Gran Vía madrileña. Precisamente allí, ha vuelto a salir a la luz un viejo personajillo de la historia de España, digno competidor de los amojamados extraterrestres.

Imagen 1. El monstruo de la laguna Tagua Tagua, un auténtico fenómeno viral en el siglo XVIII

Imagen 1. El monstruo de la laguna Tagua Tagua, un auténtico fenómeno viral en el siglo XVIII

 

Todo comienza con un escrito de un personaje serio, el naturalista José Celestino Mutis, quien le puso por título: Descripción autógrafa de José Celestino Mutis de un animal monstruoso encontrado en la hacienda de Próspero Elso.

Varias cuestiones se deducen por pura lógica, el terrateniente era Juan Próspero de Elzo y Araníbar, un patrón que controlaba la finca de San Vicente de Tagua Tagua en el actual Chile, y aunque el documento no está fechado podemos situarlo en la segunda mitad del siglo XVIII, que es cuando Celestino Mutis hace sus exploraciones americanas.

Por otro lado, hay que tener mucho cuidado con el término “monstruo” pues en tales años no tenía las connotaciones fabulosas actuales, simplemente era un animal desconocido, que ni siquiera tenia porqué estar vivo, y conociendo la riqueza paleontológica que tienen aquellas tierras vaya usted a saber si de lo que hablaba Mutis no era, simple y llanamente un fósil...

Sea como fuere en 1784 en la librería Escribano situada en la calle Carretas de Madrid ya se vendían estampas de dicho monstruo con su correspondiente descripción:

Imagen 2. Esta sería la primera representación del monstruo según la estampa que se vendía en la librería Escribano de Madrid.

Imagen 2. Esta sería la primera representación del monstruo según la estampa que se vendía en la librería Escribano de Madrid.

Este horrible MÓSTRUO aparecido a principios de este año de 1784 en la Laguna de Tagua, en la estancia de D. Próspero Elso en el Reyno de Chile, el cual hacia muchísimo daño comiendo, y que todo animal iba a beber en otra laguna; hasta que con mucho silencio le esperaron 100 hombres con bocas de fuego, y le cogieron vivo.

Tiene 3 varas y 1/2 de largo, y la cola mucho mayor que el Cuerpo, las piernas tienen cerca de 1/4 pero las uñas son mucho mayores, la melena de la Cabeza llega hasta el suelo de modo que se le enreda a los Pies. La cola superior la Juega con mucha ligereza  y a donde quiere sirviéndole de mano para asir la presa; los dientes de XI eme de largos, y la boca es del ancho de la cara; las astas son de una vara y media muy bien torneadas, y finalmente las orejas de 3/4 de largo".

Evidentemente no hay quien se crea semejante patraña, pero poco importaría al vendedor de estampas el rigor de la imagen mientras esta se vendiese bien. Y quizá por el éxito de la estampa que la imagen de esta especie de arpía llegase a Francia, donde su popularidad creció como la espuma.

En octubre ya se vendía en la tienda de Lady Boutelou, en la rue Saint-Hyacinthe de París, pero al poco también hicieron copias los impresores Jean-Marie Mixelle; Esnauts y Rapilly; Bevallet y los hermanos Le Campion. Toda Francia se inundó con imágenes de la dichosa arpía a la que se le fueron añadiendo textos que explicaban su historia.

Imagen 3. Según el grabado de Esnauts y Rapilly la arpía viajó a España se mostró al rey Carlos III. En resumen, una mentira hecha imagen.

Imagen 3. Según el grabado de Esnauts y Rapilly la arpía viajó a España se mostró al rey Carlos III. En resumen, una mentira hecha imagen.

La laguna Tagua evolucionó a lago Fagua y Próspero Eslo a Prosper Voston, pero el argumento principal es que la arpía comía mucho (un buey, una vaca y un toro a diario) que tenía una gran melena, que la atraparon viva y que una vez desembarcada en Cádiz fue llevada a la corte de Carlos III para que el rey disfrutase de su contemplación.

Semejante patochada no tuvo ninguna repercusión en España pero todo a punta a que la difusión de tal historia en Francia escondía una velada crítica cuyo autor bien pudo haber sido el Conde de Provenza (hermano de Luis XVI) ¿Pero a quién se criticaba con la arpía?  Para la historiadora Annie Duprat no queda duda de que uno de esos grabados humanizó el rostro de la arpía hasta llegar a ser reconocible, siendo nada menos que la efigie burlesca de María Antonieta. El monstruo de melena extravagante que solo sirve para hacer gasto y daño y entretener al rey.

Solo queda pues saber, a quién beneficia la difusión de los incorruptos alienígenas, los cuales parece que han viajado más por los medios de comunicación que en sus aventuras intergalácticas.

Imagen 4. María Antonieta y la arpía cuyo parecido es más que evidente.



Imagen 4. María Antonieta y la arpía cuyo parecido es más que evidente.