Este año se cumplen cuatro siglos del estreno de una de las obras de teatro más famosas de nuestra historia, la célebre Fuenteovejuna una obra basada en unos hechos reales que nunca te habían contado.

Nos encontramos en la noche del 22 al 23 de abril del año 1476, Castilla está dividida por la guerra civil que disputan Isabel y Fernando contra la heredera al trono, Juana la Beltraneja. En el complejísimo tablero de ajedrez en el que se había convertido el reino, las familias nobiliarias se posicionaron en uno y otro bando. En contra de Isabel se hallan Juan Pacheco (marqués de Villena), el tío de éste (el arzobispo Carrillo) y un sobrino, Rodrigo Téllez de Girón.

Este último, aunque solo era un veinteañero, llevaba ya diez años siendo maestre de la orden de Calatrava, la razón es sencilla, puro enchufismo. Juan Pacheco y su hermano Pedro Girón eran expertos en mangonear todo lo que podían como por ejemplo: los títulos nobiliarios.

La historia de Fuenteovejuna no se puede entender sin el contexto político de los Reyes Católicos y sus enemigos entre ellos Rodrigo Téllez de Girón

En 1445 Pedro se había proclamado maestre de la orden de Calatrava y en 1467 Juan (que no iba a ser menos) hizo lo mismo con la de Santiago. Pedro Girón rechazaría incluso este título con tal de medrar, en este caso desposando la entonces adolescente Isabel la Católica. Precisamente por ello no dejó el titulo en manos de cualquiera, sino que se lo pasó a su hijo (que por entonces era un mico de 10 años).

La orden de Calatrava era por tanto un nido de corruptelas incluidos chanchullos en los que Pedro Girón y Juan Pacheco “privatizaban” villas, o se intercambiaban señoríos con tal de lograr sus propósitos. Es entonces cuando Pedro Girón arrancó de la jurisdicción de Córdoba la próspera villa de Fuenteovejuna engrosando así los terrenos de la orden de Calatrava.

El malestar en Córdoba era de imaginar… había perdido una villa de más de cuatro mil habitantes y de amplias rentas. Pese a ello en la guerra civil que azotaba Castilla, Fuenteovejuna no era un punto caliente, antes bien estaba gobernada por el comendador Fernán Gómez de Guzmán, partidario de los Reyes Católicos, no en vano su padre, Juan Ramírez de Guzmán, había peleado contra Pedro Girón por ser maestre de Calatrava.

Fuenteovejuna en la actualidad

Por lo tanto, nada hacía pensar que aquel pueblo cordobés fuese un polvorín en potencia, sin embargo el 20 de abril de 1476 los Reyes Católicos firmaron una real cédula en la que garantizaban que todas las villas reveladas en territorio enemigo serían amparadas por el poder real instigando así a la plebe a luchar contra sus señores.

Tan solo dos días más tarde, la noche del 22 de abril, el regimiento de la villa de Fuenteovejuna (es decir la corporación municipal) se presentó en casa del comendador Fernán Gómez de Guzmán al grito de vivan los reyes don Fernando y doña Isabel, dando una salvaje muerte al comendador.

Los documentos de la época como la petición de Juan Ramírez de Guzmán o la Crónica de Alfonso de Palencia aportan más verosimilitud a unos hechos que han sido novelizados al extremo. Fuentes: Portal de Archivos Españoles y Biblioteca Nacional

Este y otros detalles que aporta Alfonso de Palencia (cronista contemporáneo de los hechos) empiezan a diferenciar los hechos históricos de lo escrito por Lope. Para empezar Fernán Gómez de Guzmán (el malo de la comedia) no parece tan malvado según los documentos de la época. Las acusaciones de que había muerto a causa de sus abusos sexuales solo aparecen en la obra que escribió Francisco de Rades y Andrada casi un siglo después.

Otro detalle significativo es el hecho de que siendo comendador de una orden militar solo no tenía guardias que le defendiesen. Los Reyes Católicos por su parte tacharon de inmediato el crimen de “feo y enorme caso” pero en lo que ambas fuentes coinciden (la histórica y la teatral) es la imposibilidad del pesquisidor real enviado el 10 de mayo de ese año, para averiguar quién había matado al comendador.

Resolver el crimen no solo determinaba quién era el asesino, sino también el futuro político de la villa, que al haber actuado en rebeldía ganaba la protección de los Reyes Católicos, por otro lado la orden de Calatrava también tiraba para sí, defendiendo sus derechos. Finalmente y tras mucho prolongarse el litigio se resolvió en 1487, cuando el papa Inocencio VIII decidió que la villa volviese a ser parte de la orden de Calatrava, la cual ¡Oh casualidad! tenía como maestre a Fernando el Católico, quien a su vez la cedió a Córdoba contentando a la población y al propio concejo cordobés. Es ahora cuando surge la duda ¿No encontró el juez respuesta en la heroica Fuenteovejuna, o prefirió no indagar no fuese a salir la oculta mano del rey Católico?

Fernando el Católico en el retablo de la capilla de los Corporales (Daroca)