Tras la comparecencia de José Manuel Maza, le llegaba el turno a Rafael Catalá. El Ministro de Justicia está en entredicho, al igual que el Fiscal General, por las actuaciones que la Fiscalía Anticorrupciones está teniendo sobre el Caso Lezo.  

El Ministro ha comparecido ante la Comisión de Justicia en la tarde de este miércoles con una pregunta que ha copado su intervención: ¿Cuál ha sido la injerencia en el Caso Lezo? Aunque, eso sí, hasta pasados 26 minutos de su intervención, como le reprochaba Ignacio Prendes, no ha entrado en la materia del problema. Es más, ha comenzado su discurso sacando pecho en dos grandes bloques de medidas que se han puesto en marcha para luchar contra la corrupción y que, según él, “han reforzado a la Fiscalía”.

Se ha preguntado que “a qué viene todo este ruido” y ha lanzado balones fuera durante toda su intervención y asegurando que “tenemos una Fiscalía 100% autónoma”. Incluso ha aseverado con rotundidad que “no hay nadie que levante un teléfono para influir en un fiscal”, aludiendo a palabras del Fiscal General del Estado y de las asociaciones de Fiscal.

Una "caza de brujas"

Antes de dar paso a las preguntas de los portavoces, el Ministro se ha cuestionado quién sale victorioso con el desprestigio de las instituciones. Considera que esto forma parte de una cortina de humo, aunque cree que el “humo más tóxico nos dejará ver” la realidad.

Una posición refrendada por María Jesús Moro, compañera de partido de Catalá, que considera esto una “caza de brujas que no existen”. Durante su turno, Moro ha aludido a Venezuela – como es habitual – para poner ‘en tela de juicio’ la honestidad de Podemos a través de Pablo Iglesias, allí presente y que le ha realizado siete cuestiones al Ministro que “intentaría responder después”. Unas preguntas, por cierto, que el líder de la formación morada le ha dejado sobre la mesa – literalmente – al Ministro de Justicia.

Iglesias se queda sin ‘sus respuestas’

Antes del turno de María Jesús Moro, Pablo Iglesias comenzaba su intervención – como la mayoría de los presentes – agradeciendo la comparecencia del “afable” Catalá. El líder de Podemos continúo con una locución latina muy conocida: “Excusatio non petita, Acusatio manifesta”, aludiendo al tono defensivo, según Iglesias, que utilizó Catalá durante su alegato inicial.

Posteriomente, como se ha indicado antes, Pablo Iglesias formuló estas siete preguntas al Ministro que esperaba que las contestase “de manera ordenada y concisa”:

  1.   ¿Ha tenido algún contacto reciente con González o Cerezo?
  2. ¿Por qué en un breve lapso de tiempo pasó de ratificar a Madrigal como fiscal general a nombrar a Maza?
  3. ¿Es cierto que Madrigal se negó a los nombramientos propuestos?
  4. ¿Madrigal se fue por no querer nombrar fiscal a Moix, sí o no?
  5. ¿Qué le parece que se haya probado que Moix mintió y que se enfrente a una querella?
  6. ¿Qué cree que pasaría si se escuchase a dos terroristas o a dos narcotraficantes nombrar a un fiscal que les interesa? ¿Ha tenido algún contacto reciente con González o Cerezo?
  7. ¿Qué cree que pasaría si se escuchase a dos terroristas o a dos narcotraficantes nombrar a un fiscal que les interesa?

Unas cuestiones que, lamentablemente, no pudieron ser respondidas. “Lamento no tener el tiempo suficiente para responder a todas las preguntas del señor Iglesias”, afirmó Catalá. No obstante, le sorprendió la última de ellas, para la que sí tuvo minutos para ejercer una valoración.  "Sería muy grave, pero no sé cuál es la similitud", contestó.

Para finalizar, el turno de palabra volvía al Ministro, que se mantenía en sus trece a través de su discurso del ruido mediático y quién lo estaba provocando. Eso sí, además de asegurar que la justicia “no puede estar en mejores manos”, finalizó su intervención, y por ende la comparecencia, prometiendo más trabajo para mejorar "la percepción y la Justicia”.