El pasado sábado, después de la manifestación contra el terrorismo en Barcelona, se celebró una discreta reunión, casi secreta si no hubiera sido por dos periodistas de El Confidencial, en casa del empresario Jaume Roures que congregó a destacados dirigentes de Esquerra Republicana y de Podemos.

Roures se ha convertido en un magnate gracias a la gestión de los derechos del fútbol, pero eso nunca le ha alejado del ámbito de la izquierda política. De hecho, Mediapro realizó hace poco un documental sobre Podemos, dirigido por Fernando León de Aranoa, y su última producción es el documental sobre Las cloacas del Estado que narra la guerra sucia contra rivales políticos desde el Ministerio del Interior.

Por parte de ERC estuvieron presentes el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, junto a Marta Rovira y Oriol soler. Junqueras es también presidente de Esquerra y Rovira es la secretaria general, mientras que Soler ha sido el representante de la formación en el comité que asesora a Carles Puigdemont sobre el proceso soberanista, según explica La Vanguardia.

Por parte de Podemos estaban Pablo Iglesias y Xavier Domenèch, diputado y líder de En comú Podem, que trabajan juntos en el Congreso de los Diputados. En Cataluña, todo lo que hace Iglesias pasa por Domenèch y este sería quien filtraría la mala relación entre Colau y el líder de Podemos.

La idea de la reunión había partido de ERC y en sus inicios se comentaron presuntas trivialidades. Iglesias mencionó la sorpresa de que el Rey llevase a su lado en la marcha a Manuela Carmena - tampoco se lleva especialmente bien con la alcaldesa madrileña-. Los republicanos mencionaron que Pedro Sánchez iba con camisa azul, el color elegido por la Assemblea Nacional Catala. Y todos se sorprendieron de que hubiera periodistas esperando fuera de la casa y negaron ser los culpables de la filtración.

El primer tema a debatir fue el 1 de octubre, prioritario para Esquerra. Iglesias aseguró que él no es quien tiene que hablar con Ada Colau sobre las posibles urnas del Ayuntamiento de Cataluña. Domènech insistió en que apoyan el 1-O, pero solo como movilización.

Pero desde Podemos insistieron mucho en el cambio de horizonte que había supuesto la victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas y lo que implicaría para la agenda nacional. Si el líder del PSOE se atreve a dar el paso de realizar una moción de censura, contaría con el apoyo de Podemos y podría avanzar con el apoyo de los nacionalistas catalanes y la abstención del PNV.

A pesar de las críticas de Junqueras, quien llegó a espetar a Iglesias: “No me fío de la izquierda española”, se llegó a elucubrar con una situación que sería un drama para la derecha española. Hablamos de un Gobierno en Moncloa presidido por el PSOE con el apoyo de Podemos y ERC, mientras que en la Generalitat gobernaría ERC con el apoyo del PSC y los aliados catalanes de Podemos.

Pero Junqueras aquí se muestra frío y no hace aspavientos ni siquiera en una reunión secreta. Desde ERC sólo señalan que no esperan que se repita la coalición de Junts pel Sí en las próximas elecciones de Cataluña, que ellos calculan que se celebrarán tras el 1 de octubre.