“Estoy aburrido de que profiera insultos repetidos en contra del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS)”, ha dicho el presidente machista murciano de este colectivo, Manuel Claver, para seguidamente espetar:” Esta señora (por la consejera de Fomento del Gobierno de Castilla La Mancha, Elena de la Cruz) es una indocumentada supina que parece que haya llegado tan alto, al puesto de consejera, cuando no tiene capacidad ni para limpiar la Consejería”.
Y lo ha dicho tan tranquilo, y no ha rectificado, ni nadie del PP de Murcia, ni del PP de María Dolores Cospedal le ha pedido que se retracte porque la consejera de Emiliano García-Page utilizó la tribuna de oradores del Parlamento castellano-manchego para denunciar lo que todos, incluida Europa, saben: Los regantes murcianos son “unos mercaderes” de un agua que no es suya y que, además, según la consejera, “se le está regalando”. Y es verdad, porque la miseria que paga el SCRATS por la utilización del agua del trasvase no compensa ni al Gobierno manchego ni mucho menos a los pueblos ribereños de los pantanos cabecera de Entrepeñas y Buendía, que a día de hoy apenas alcanzan a los 500 hectómetros, cuando su capacidad real supera los 2.400 hectómetros cúbicos de agua.
El silencio cómplice de Cospedal
Un insulto de este tamaño, propio de la España de la caspa y la pandereta, que tan cómoda se encuentra militando en el partido de la gaviota, debería, como mínimo, ser rechazado de forma tajante por las mujeres del PP con representación política. Pero no ha sido así, el mutismo de aquellas que se rasgan las vestiduras cuando algún socialista utiliza una palabra o una expresión no adecuada, o cuando con su presencia “insultan a las mujeres”, dijeron las “populares” castellano-manchegas en referencia a un acto en el que participó el pasado mayo Emiliano García-Page, y sin ser advertido se vio en el escenario con una mujer que llevaba burka. Hoy, sin embargo, las mismas que criticaron aquella foto, no dicen ni mu. Ni Carmen Riolobos, senadora y portavoz del PP (@CarmenRiolobos "A mí García-Page me ha ofendido como mujer castellano-manchega"), ni la diputada regional del mismo partido, Cesárea Arnedo,  que calificó de “ignominia y de insulto, no sólo a las mujeres, sino a toda la sociedad castellano-manchega la foto”; ni mucho menos Cospedal, han criticado la actitud de este machista trasnochado que sólo con esa declaración tendría que irse a su casa, si no fuera por el apoyo cómplice prestado por el PP.
Otras mujeres, sí han reaccionado
Pero no todas las mujeres son iguales, ni todas consienten que un alcalde de su partido, esto es, del PP, llame “puta podemita” a la portavoz del PSOE, insulto que se encuentra en los tribunales, como no podía ser de otra forma. No, las mujeres castellano-manchegas han alzado su voz a través de la condena expresada por la directora del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez, que ha reprobado las declaraciones “machistas” de este individuo, lamentando que todavía “haya machistas contumaces que se empeñan en desprestigiar a las mujeres valiosas y con poder, que contradicen sus opiniones”. En parecidos términos se ha expresado el Portavoz del Gobierno de Castilla La Mancha, Nacho Hernando, que a través de su cuenta en twitter ha señalado que:
“Es un honor que me compare con las limpiadoras”
Por su parte, la  agraviada, Elena de la Cruz, ha afirmado este viernes durante una entrevista en el programa de TV “Castilla-La Mancha despierta” que si el presidente del SCRATS “quería ofenderme, no lo ha conseguido”. Aun es más, la consejera ha dicho que los insultos “se descalifican por sí mismos”, asegurando que “este señor me compare con las personas que limpian la Consejería es un honor, porque son trabajadoras excepcionales y personas excepcionales; así que si quería insultarme con eso no lo ha conseguido”. En este sentido hay que recordar que el presidente de la patronal del agua en Murcia no es la primera vez que insulta y desprecia a los políticos castellano-manchegos por el mero hecho de defender el derecho al uso del agua de la cuenca cedente sobre la cuenca receptora. Algo tan básico que a este hombre no le entra en su cabeza.