La presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, durante su intervención en la clausura del acto preparado por el PP en Toledo para celebrar sus dos años al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha. EFE



Alfredo Pérez Rubalcaba ha lanzado un misil contra Génova 13, la sede nacional del PP. Curtido en mil batallas es conocedor de las luchas internas desatadas en el partido del Gobierno y conocedor también que el escándalo Bárcenas ha debilitado enormemente a la secretaria general y números dos del PP, además de Presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, a quien muchos dentro de sus filas le reprochan que la estrategia seguida en este asunto ha sido un desastre y ha colocado al PP y al Gobierno al borde del abismo. En su relato de los hechos acontecidos, hechos y no opiniones como remarcó Rubalcaba, aprovechó para ahondar en los problemas internos del PP y la crisis de autoridad de Cospedal.

Ataque demoledor a Cospedal
Rubalcaba recordó que el caso Bárcenas estalla en 2.009, el 6 de marzo se dio a conocer a la opinión pública, y que días después Rajoy compareció rodeado de su plana mayor para afirmar: "No es un trama del PP, es una trama contra el PP". En este punto Rubalcaba entró a matar y añadió: "La mejor prueba de esa mentira es que a su lado estaba la señora De Cospedal. Ahora sabemos, porque ella se ha encargado de contarlo a los cuatro vientos, en televisiones, radios y periódicos en las últimas semanas, ahora ya sabemos, que estaba embarcada en la operación limpieza. Sin reparar, o sí, en que lo que estaba limpiando era, entre otras cosas, sus cuatro años de presidente del PP".

Y el líder del PSOE prosiguió: "en verano (de 2009) la señora De Cospedal, que parece que limpiaba y limpiaba, salvo en lo que se refiere a la financiación de su propia campaña electoral, volvió a acusar al Estado de perseguir al PP. A jueces, fiscales, policías y, por supuesto, al Gobierno, de utilizar todo el poder del Estado para destruir su partido". Doble carambola: acusa a Cospedal de presentarse como 'limpiadora' de la corrupción mientras aceptaba financiación irregular para su campaña en Castilla-Las Mancha.

Y Cospedal en los SMS
Dentro del relato cronológico de mentiras y desmentidos del PP sobre el 'caso Bárcenas', llegó el momento de hablar de los SMS intercambiados entre Bárcenas y Rajoy y publicados por El Mundo, y en esos SMS aparece Cospedal, a la que Bárcenas acusa de ser la culpable del estallido del caso y que él esté en la cárcel. De esta forma Rubalcaba afirma: "SMS que describen la difícil relación entre De Cospedal y Bárcenas, en la que usted mantiene un complicado equilibrio. Cito: no es cierto Luis. Para qué va a hacer daño. Ya hablé con ella... . Fin de la cita. Se lo escribía usted al señor Bárcenas".

La 'filtradora'
Todavía Rubalcaba se reservaba el misil que corroe las filas del PP y alimenta las conspiraciones internas que señalan a Cospedal como la culpable de confirmar a El Mundo la existencia de sobresueldos. El líder del PSOE recordó que tan solo dos días después de desvelarse la existencia de las cuentas de Bárcenas en Suiza, Bárcenas le envía un sms a Rajoy "para decirle que él no podía contrarrestar, cito, la filtración de Cospedal a El Mundo. Fin de la cita". Y prosigue: “Fíjese, habla de una filtración, no habla de una mentira, ni de una calumnia, ni tan siquiera de una intoxicación. No. Habla de una filtración que como todo el mundo sabe y recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua es divulgar indebidamente una información secreta o confidencial".

Rubalcaba dedica un párrafo más a Cospedal: "En resumen, no acusa a la señora De Cospedal de mentir sobre los sobresueldos, la acusa de filtrar los sobresueldos. Y usted no lo desmiente; le contesta: 'Luis, lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré'. No desmiente ni la filtración, ni el nombre de la filtradora". Y ese calificativo, el de filtradora, urga en el punto más débil de Cospedal en todo este asunto.

Cospedal indignada en la tribuna
Mientras Rubalcaba situaba a la número dos del partido en una situación muy complicada, ella seguía el debate desde la tribuna del público sentada al lado de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, inmersa en el lío del 'caso Nóos'. No muy lejos estaba Esperanza Aguirre. Dolores de Cospedal aguantó la primera embestida de Rubalcaba sin torcer el gesto, pero cuando el líder del PSOE entró en el tema de los SMS ya no pudo disimular su gesto de furia mientras negaba con la cabeza. Y le faltaba el ataque de Izquierda Unida.

Cayo Lara utiliza a Cospedal contra Rajoy
No fue Rubalcaba -que dedicó a Cospedal un folio entero de los 7 de toda su intervención- el único orador que utilizó la estrategia político-mediática de Cospedal contra el presidente del PP y del Gobierno. El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, se refería al comunicado hecho público por el PP en su día en el que se afirmaba que "garantizamos a todos los españoles que la inmensa mayoría de los dirigentes y representantes del PP son un ejemplo de honestidad" para preguntarse "quien mantendría esa frase hoy aquí si ni siquiera su secretaria general, la señora Cospedal, se atreve a poner la mano en el fuego por ninguna otra persona ajena a su familia, tal y como contaba en una entrevista publicada el pasado domingo. Si su secretaria general no confía en los dirigentes de su propio partido, ¿cómo esperan ustedes que lo haga la sociedad española?. Es imposible".

La número dos en situación difícil
Tanto las palabras de Rubalcaba como las de Cayo Lara colocan a Dolores de Cospedal en una situación interna muy complicada porque, al margen que sea verdad o mentira que ella fue 'la filtradora' o sea la responsable de la mala gestión de este asunto, el hecho cierto es que la oposición política ha decidido utilizarla contra su jefe que, nada más y nada menos, es el presidente del Gobierno. A estas alturas queda claro que Cospedal ha quedado apeada de la hipotética carrera sucesoria para la que, en teoría, solo se hablaría de dos aspirantes: Soraya Sáenz de Santa María y Alberto Ruiz Gallardón. Este último ha dicho en dos ocasiones que ser ministro de Rajoy será su último destino político, pero lo cierto es que ni los miembros de su círculo más cercano le creen, entre otras cosas porque le consideran "un auténtico animal político y un 'patanegra' del PP".