Caras serias. Incluso, alguna lágrima que otra. Prácticamente nadie en las inmediaciones de la sede de la calle Génova. Pablo Casado se hizo de rogar hasta que compareció, tras su debacle electoral (sólo 66 escaños con el 99,41% escrutado), ante la prensa. Lo hizo cerca ya de la medianoche. Fue recibido con aplausos. Le arropaba la plana mayor del PP. El valor seguro se había devaluado, pero era pronto para cuestionar su liderazgo, para comenzar con los tambores de guerra.

Al tomar la palabra, con su sonrisa congelada, en un discurso de menos de siete minutos, lo primero que hizo fue agradecer a los que han confiado en el PP para seguir siendo "el partido líder de la oposición, el partido líder del centro derecha". Felicitó a Pedro Sánchez y al PSOE. Contó que había tenido la oportunidad de hacerlo por teléfono. "Siempre he dicho que el PSOE es un gran partido, clave en la historia de España y espero que, visto el resultado de esta noche electoral, pueda llegar a acuerdos de gobernabilidad sin necesitar a los independentistas. Para el PP, lo primero es España y en este caso esperemos que nuestro país esté a la altura de las circunstancias", manifestó.

A renglón seguido, destacó que es una persona que no elude responsabilidades y expresó que el resultado había sido muy malo. "Llevamos ya varias elecciones en las que estamos perdiendo nuestro apoyo electoral y por eso lo que tengo que decir es que nos vamos a poner a trabajar desde ahora con la máxima ilusión y la máxima responsabilidad para recuperar ese apoyo y para hacerlo además liderando el espacio de centro derecha", expresó. Sostuvo que la fragmentación de ese centro derecha ha hecho que hayan tenido muchos menos escaños. Llamó a la unidad para que, en las elecciones de dentro de un mes, "el votante de centro derecha se dé cuenta de que la fragmentación sólo ha favorecido un Gobierno de Sánchez". "Éste sigue siendo un gran un partido que se crece ante las dificultades", advirtió. Todos los que le acompañaban se mantenían serios.

Por último, adelantó que el próximo martes tendrán Comité Ejecutivo. "Tendremos la oportunidad de responder a todas sus preguntas, tras un análisis pormenorizado por provincias, por mesas electorales y por autonomías". De esta forma, rechazó el que hubiera un turno de preguntas y el que alguien le cuestionara por si tenía en su cabeza la dimisión. Dio la mano a Adolfo Suárez Illana, se fundió en un abrazo con Teodoro García Egea y repartió besos y abrazos al resto de los compañeros de partido presentes junto a él. Los tambores de guerra en el PP se aplazan al martes.