Un terremoto de magnitud 6,8 ha dejado al menos 95 muertos y 130 heridos en el condado de Dingri, situado en la región autónoma de Tíbet, al suroeste de China. El seísmo ocurrió el martes por la mañana, a las 9:00 hora local (2:00 en España), con una profundidad de diez kilómetros.

El temblor, seguido de unas cincuenta réplicas con una magnitud máxima de 4,4, afectó también a países vecinos como Bangladesh, Nepal, Bután e India. Miles de viviendas han resultado dañadas cerca del epicentro, lo que ha llevado a un despliegue de efectivos del Ejército y personal de emergencias para buscar supervivientes entre los desaparecidos.

Labores de búsqueda y rescate

El presidente chino, Xi Jinping, ha ordenado hacer "todos los esfuerzos posibles" para llevar a cabo las labores de búsqueda y rescate. También ha subrayado la importancia de tratar a los heridos, minimizar las víctimas y prevenir desastres secundarios. El mandatario ha instado además a garantizar condiciones básicas de vivienda y seguridad durante el invierno:

"Debemos fortalecer el monitoreo y la alerta temprana de terremotos, asignar materiales de rescate de emergencia de manera oportuna, reparar la infraestructura dañada lo antes posible, organizar los arreglos básicos de vivienda para la gente y garantizar un invierno seguro y cálido", ha declarado.

El primer ministro chino, Li Qiang, ha pedido "acelerar la verificación" de víctimas y daños, ya que la zona afectada por el terremoto se encuentra en una región de gran altitud y bajas temperaturas. "Es invierno y debemos hacer todo lo posible para garantizar la subsistencia básica y el calor de la población en la zona del desastre", ha añadido.

Evacuación organizada en Dingri

El gobernador de Dingri, Tashi Dundup, ha ifnormado sobre la organización de evacuaciones seguras para proteger a la población de posibles réplicas.