Joe Biden lanzó un órdago y Vladimir Putin lo devuelve. Así se mueven las fichas en el tablero geopolítico en estos días. El presidente saliente de Estados Unidos dio el visto bueno a Ucrania para usar sus misiles contra el invasor ruso; algo a lo que el Kremlin ya ha respondido. El presidente de Rusia ha ratificado este martes un decreto con cambios sustanciales en la doctrina nuclear de Moscú. La normativa amplía y “mejora la política de Estado en el campo de la disuasión nuclear”. Entrará en vigor desde la misma firma por parte de Putin.

De este modo, Putin ha ratificado este martes un decreto que contempla cambios en la doctrina nuclear de Moscú, que amplía el tipo y origen de las amenazas ante las cuales podría responder con tal clase de armamento. Lo hace en un contexto en el que la intensidad del conflicto parece adquirir otra dimensión. En plena invasión de tierras ucranias y ante la posibilidad de que Kiev inicie ataques con armas de largo alcance contra el territorio vecino. El nuevo decreto amplía las situaciones en las que Rusia podría recurrir al uso de armas nucleares, abriendo la puerta a respuestas nucleares no solo frente a amenazas directas, sino también ante ataques de largo alcance, en especial si Ucrania lleva a cabo ofensivas con armamento de alcance extendido contra el territorio ruso.

El articulado tiene como objetivo "fortalecer la política estatal de disuasión nuclear". Este establece los peligros y amenazas que justificarían una respuesta nuclear, no solo frente a una agresión directa a Rusia, sino también a sus aliados. La medida entra en vigor inmediatamente tras la firma de Putin, reflejando la creciente tensión en el contexto de la invasión de Ucrania, que entren su segundo año.

Borrell pide actividad en Bruselas

Por otro lado, la Unión Europea continúa mostrando su firme apoyo a Ucrania, con el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, exigiendo que los países de la UE mantengan el respaldo militar al país en guerra, independientemente de las posibles decisiones de la futura Administración de Estados Unidos. Borrell destacó que la UE no puede permitir que las decisiones en Washington marquen el ritmo del apoyo a Kiev. "No podemos estar en modo reactivo. Nuestro apoyo debe ser continuo", subrayó desde Bruselas antes de reunirse con los ministros de Defensa de los 27 países miembros de la UE.

Borrell recordó que mientras los líderes occidentales debaten, los soldados ucranianos siguen arriesgando sus vidas en el frente. A su juicio, el apoyo de la UE debe seguir siendo inquebrantable, con énfasis en el suministro de armamento y recursos para que Ucrania pueda continuar defendiendo su soberanía.

En cuanto a las capacidades militares europeas, Borrell también hizo un llamado a los países de la UE a incrementar el gasto en Defensa. Aunque el gasto militar europeo ha aumentado hasta alcanzar el 2% del PIB en términos generales, Borrell advirtió que existen grandes disparidades entre los Estados miembros, lo que podría dificultar una respuesta coordinada ante la crisis en Ucrania y otras amenazas geopolíticas.

El apoyo de los 27 a Ucrania se mantiene firme, a pesar de la incertidumbre generada por las futuras elecciones presidenciales en EE. UU., que podrían influir en la política de apoyo militar a Ucrania. Varios ministros de Defensa de la UE, como el estonio Hanno Pevkur y el neerlandés Ruben Brekermans, coincidieron en que el formato de cooperación internacional conocido como "Ramstein", que agrupa a más de 50 países para coordinar la ayuda militar a Ucrania, debe continuar independientemente de los cambios en Washington.

El ministro de Defensa de Suecia, Pal Jonson, también se mostró dispuesto a aumentar el apoyo a Ucrania si otros países de la UE reducen su contribución. A su juicio, el respaldo a Ucrania no solo es una inversión en la estabilidad del país, sino en la seguridad futura de Europa. En el marco de esta postura, la UE también ha subrayado que, aunque el objetivo final debe ser el fin de la guerra, cualquier posible negociación debe partir de una "posición de fuerza", es decir, que Ucrania logre una posición favorable antes de entablar conversaciones con Rusia. La guerra en Ucrania, que hoy marca su milésimo día de enfrentamientos, ha transformado no solo la política de seguridad europea, sino también el orden geopolítico global, un cambio que, según Borrell, "ha comenzado una nueva era" en las relaciones internacionales.