La tensión entre Israel e Irán alcanzó un nuevo y peligroso punto de ebullición en la madrugada de este viernes, cuando el Ejército israelí llevó a cabo una serie de bombardeos aéreos sobre varias ciudades iraníes, dejando un saldo trágico de al menos nueve muertos y más de un centenar de heridos. La operación, calificada por Tel Aviv como un ataque preventivo contra “objetivos militares”, ha generado una ola de indignación y temor a una escalada regional de consecuencias impredecibles.

Uno de los bombardeos más letales tuvo lugar en Teherán, donde un edificio residencial del barrio de Narmak, al noreste de la capital, fue alcanzado por misiles de precisión. Cinco personas perdieron la vida en el acto y al menos 20 resultaron heridas. La escena, según testigos, fue de caos absoluto: vecinos excavando con las manos entre los escombros, ambulancias colapsadas y un cielo aún cubierto de humo al amanecer.

En la provincia de Lorestán, en el este del país, un cuartel militar fue blanco de otro ataque. Las autoridades confirmaron la muerte de un miembro del personal militar y cuatro heridos más. Aunque Israel no ha especificado los blancos de cada incursión, fuentes en la región señalan que se trató de instalaciones estratégicas asociadas a la logística de defensa iraní.

El noroeste de Irán también sufrió el impacto de la ofensiva. En Tabriz, dos personas murieron y seis más quedaron heridas tras la caída de proyectiles sobre una zona residencial cercana a un centro de comunicaciones. Más al sur, en Shiraz, el hospital Chamran recibió a 50 heridos, entre ellos 35 mujeres y niños. La mayoría presentaba quemaduras, fracturas y lesiones por metralla, lo que sugiere que el ataque se produjo en un área densamente poblada.

La localidad fronteriza de Qasreshirin, situada en la frontera con Irak, vivió otro episodio trágico. Según la agencia oficial iraní IRNA, un civil murió y 24 personas resultaron heridas como consecuencia de un bombardeo que alcanzó edificios administrativos, entre ellos el departamento de Seguridad Social y un campamento en la frontera. Las autoridades locales denunciaron el ataque como una violación flagrante del derecho internacional humanitario.

Desde Tel Aviv, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la autoría de los ataques a través de un comunicado emitido en la red social X - antesTwitter -. En él, aseguraron haber bombardeado “docenas de objetivos militares de Irán”, argumentando que Teherán “está más cerca que nunca de obtener un arma nuclear”, lo que representaría “una amenaza existencial para Israel y para el mundo”.

La acción militar israelí llega en un contexto de creciente hostilidad entre ambos países, marcado por sabotajes, asesinatos selectivos y acusaciones mutuas en foros internacionales. Sin embargo, este ataque aéreo representa un salto cualitativo en la confrontación, al trasladar el conflicto al territorio iraní con víctimas civiles directas. La comunidad internacional ha comenzado a reaccionar con preocupación. Analistas temen que este sea el inicio de una nueva etapa de confrontación directa entre las dos potencias regionales, con potencial para arrastrar a otros actores del Medio Oriente en un conflicto abierto.

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