La Justicia argentina continúa investigando la participación del presidente de la República, Javier Milei, y de su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, en la estafa de la criptomoneda $Libra, que propició millones de euros en pérdidas a los afectados. Tres meses después del estallido del escándalo, el mandatario y su Gobierno todavía no han dado explicaciones sobre su participación necesaria en la presunta estafa y la jueza María Servini continúa indagando y ha solicitado al Banco Central del país los detalles de las entidades que actuaron en el caso en nombre de los sospechosos.

Lo sucedido a mediados de febrero de este año es algo bastante habitual en el mundo de las cripto: los creadores lanzan una moneda virtual y, cuando esta gana fama y los compradores se multiplican, venden rápidamente todas sus participaciones, momento en el que se desploma el activo y los compradores pierde su inversión. Sin embargo, lo que es menos habitual es que un presidente, en este caso Milei, sea la cara reconocible o el cebo para impulsar a una moneda recién creada.

Aquel 14 de febrero, el líder de la República compartió un post en su perfil de Twitter (ahora X) promocionando la criptomoneda $Libra y facilitando un enlace que redirigía a la página web donde se podía adquirir. Esta acción disparó rápidamente el valor de la criptomoneda y, poco después, quebró. Se estima que los creadores pudieron llegar a embolsarse hasta 100 millones de dólares, en detrimento de los damnificados. Muchos de ellos han presentado denuncias contra Milei, entre ellos un grupo que reclama 4,5 millones de dólares por daños y perjuicios al presidente y su hermana.

Incompetencia o negocio fraudulento son las tesis entre las que la jueza tendrá que elegir una. Para ello, está indagando en la evolución del patrimonio de Milei y su hermana entre 2023 y la actualidad. A estos dos se suman otros investigados del círculo del presidente, Mauricio Novelli y Terrones Godoy, quienes habrían vinculado al presidente con el creador de la moneda y empresarios cercanos a la operación, y un exasesor de la Comisión Nacional de Valores, Sergio Morales, que fue la cabeza que se cortó cuando se consumó el escándalo.

Además de las pesquisas judiciales, otras dos instancias indagan en lo que pudo suceder. Una de ellas es una comisión de investigación que la oposición argentina consiguió crear en el Congreso y que ha citado al jefe del gabinete de ministros, Guillermo Francos, al ministro de Justicia, Mariano Cúneo, y al ministro de Economía, Luis Caputo, aunque ninguno ha acudido a las citas. La tercera investigación se está llevando a cabo desde el propio Gobierno, a través de una unidad de tareas especial creada por Milei dentro de Presidencia. Tres meses después, aún no se ha esclarecido el caso ni facilitado explicaciones.

Las excusas de Milei

Lejos de pedir perdón por su actuación, el presidente argentino se ha dedicado a excusarse cuando ha hablado de la problemática. "Yo no lo promocioné, solo lo difundí", declaraba escasas horas después del estallido en una entrevista concedida a la televisión argentina TodoNoticias. Quienes "participaron" lo hicieron "voluntariamente", continuaba, equiparándolo con el juego: "Si vos vas al casino y pierdes plata, digo, ¿cuál es el reclamo?". Asimismo, apuntaba que "por querer ayudar a un argentino" se comió “un cachetazo”.

"Es un problema entre privados porque acá el Estado no juega ningún rol, que eso quede claro", añadía el inquilino de la Casa Rosada. Milei borró su publicación de la redes, pero aún así defendía que no tener “nada que ocultar” porque no hizo “nada malo”. “No me voy a estar escondiendo detrás de esa excusa. Claro que el tuit lo publiqué yo. Por eso lo fijé", desmentía las voces que apuntaba un hackeo de su cuenta. "Como se estaba generando ruido, ante la duda, dije: 'Me voy, me tengo que correr”, zanjaba.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio