La Agencia Nacional contra el Crimen del Reino Unido ha logrado un importante éxito en la lucha contra el narcotráfico al interceptar un barco pesquero frente a la costa de Cornualles, donde se ha incautado aproximadamente una tonelada de cocaína. Este operativo se ha llevado a cabo con la colaboración de varios cuerpos de seguridad, incluyendo el Cuerpo de Fronteras y el Centro Conjunto de Seguridad Marítima.
El comandante de la NCA, Derek Evans, ha destacado la relevancia de la operación al afirmar: "se trata de una cantidad importante de cocaína que representará una enorme pérdida para el grupo de delincuencia organizada que intentó importarla a Reino Unido". Evans también ha resaltado el impacto positivo de esta acción: "Junto con nuestros socios, hemos retirado con éxito del mercado delictivo este peligroso cargamento de droga".
La intervención tuvo lugar durante la tarde del viernes, cuando agentes de la Guardia Fronteriza, junto con oficiales de la NCA, abordaron la embarcación y detuvieron a cuatro hombres, cuyas edades oscilan entre los 26 y los 46 años. Los detenidos, identificados como Michael Kelly, Jon Paul Williams, Patrick Godfrey y Jake Marchant, han sido acusados de "importación de drogas de Clase A".
Estos individuos han sido puestos bajo custodia policial y se espera que comparezcan ante la justicia este sábado. Derek Evans ha expresado su satisfacción por evitar la distribución de la droga, lo que hubiera fomentado "graves actos de violencia y delitos con arma blanca" relacionados con la actividad de las líneas del condado.
La investigación continúa en marcha, según ha informado Evans, lo que indica que podrían producirse más desarrollos en relación con este caso. La operación no solo ha significado un duro golpe al tráfico de drogas, sino que también ha prevenido la posible escalada de violencia que acompaña a este tipo de actividades ilícitas.