Este martes, la directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha presentado su dimisión al cargo después de reconocer el "fracaso" que supuso el dispositivo encargado de la seguridad del expresidente Donald Trump durante un mitin republicano en Pensilvania, dónde sufrió un intento de asesinato y en el que finalmente resultó herido en la oreja derecha tras el roce directo de una bala que pretendía acabar con su vida.
Esta noticia llega después de que distintos altos cargos republicanos exigieran su dimisión, como era el caso de Mike Johnson, presidenta de la Cámara. Esta también la pidieron los demócratas, por lo que este pasado lunes, al final de una sesión en el Capitolio, los dos representantes de mayor rango de la comisión -Jamie Raskin, congresista demócrata de Maryland, y James Comer, republicano de Kentucky- , llegaron a firmar una carta conjunta en la que se exigía a Cheatle que asumiera su responsabilidad dejando su cargo cosa que ha llegado tan sólo un día después de la alianza bipartidista.
La renuncia de la ya exdirectora se ha ratificado mediante un correo electrónico enviado por ella misma a sus empleados este martes y del que los medios de comunicación norteamericanos se han hecho eco. En el contenido del mail, Cheatle se reafirma en la idea de que en el mitin de Trump del pasado 13 de julio, el Servicio Secreto “no cumplió con su misión”. Tras ello, la exdirectora asume "toda responsabilidad" y consecuentemente rescinde de su cargo al frente del Servicio Secreto de EE.UU.
"No quiero que el ruido sobre mi posible renuncia suponga una distracción para el gran trabajo que todos y cada uno de ustedes llevan a cabo para cumplir nuestra crucial misión", ha conluído en el corre electrónico, dónde reitera que ha tomado "con gran pesar" la decisión de dimitir.
El interrogatorio de este lunes
Precisamente después del atentado, Cheatle fue el interrogada este pasado lunes, cuándo ya reconoció que los hechos ocurruidos fueron "el fracaso más importante en décadas", de su organización. En esta ocasión, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes quiso saber por qué se llevo a cabo el mitin tras reconocer que el autor del intento de homicidio había sido previamente detectado como "sospechoso", pero no como "amenaza". "Si se hubiera informado de que había una amenaza, el servicio jamás habría llevado al expresidente al escenario. Eso es lo que hacemos y eso es lo que somos", aseguró sobre esta cuestión durante la jornada de este pasado lunes.
Cabe recordar que el autor del intento de asesinato fue abatido justo después de su atentado por un francotirador perteneciente al servicio secreto. El identificado como Thomas Matthew, de 20 años y sin antecentes penales, era abiertamente simpatizante del expresidente y de la causa republicana.
Republicanos y demócratas investigarán lo ocurrido
Todo apunta a que la dimisión de Cheatle no será la única tras el atentado al expresidente. Este martes Mike Johnson ha llegado a un acuerdo con el líder del secto demócrata de la sala, Hakeem Jeffries, en el que ambos han pactado formar un equipo integrado por mimebros de ambos partidos destinado a investigar en profundidad el intento de asesinato de Trump y los fallos del dispositivo encargado de su seguridad durante aquel mitin. Este "comité" formado por republicanos y demócratas también se encargará de aclarar qué cargos de la agencia de seguridad poseen responsabilidad directa con lo ocurrido.
Las dudas de cómo un joven de veinte años pudo escalar hasta el tejado de un edificio próximo al estrado desde el que Trump daba su mitin cargado con un rifle semiautomático sin que los agentes del Servicio Secreto se lo impideran, continúan vigentes más de dos semanas después de lo ocurrido. Por otra parte, tampoco hay explicación a la cuestión de por qué ese mismo edificio no se encontraba dentro del perímetro de seguridad establecido para el evento republicano. Ya en su momento, la agencia alegó que había habido un fallo en las comunicaciones entre los policías presentes.