Llevaba tiempo deseando ver este debate. El año pasado no se hizo (el Gobierno no quiso). Recién llegada a Jerusalén, buscamos una red de internet adecuada que aguante lo suficiente para ver los videos. Estamos deseando verlo, casi como el estreno de una película que llevas tiempo queriendo ver.

Se nos aburre la ciudadanía, Señores Dirigentes
Al estar viajando y trabajando veo antes los comentarios de la ciudadanía activa en las redes sociales que el propio debate. Auguran que no ponga demasiada ilusión en la visión de las intervenciones, pues vienen siendo un poco más de lo que acontece en la agenda política diaria: hay bastante“y tú más”. Según parece, la mayoría de la gente no ha aguantado el visionado de las intervenciones completas.

Se nos aburre la ciudadanía, Señores Dirigentes. Se nos cansan de ver cómo en estos foros de indudable interés, “lo que pasa no importa y lo que importa no pasa” según ha dicho ya Iñaki Gabilondo. Y tiene toda la razón.

Con la intención de observar “estos toros” desde la barrera, me dispongo, boli y papel en mano, a tomar notas que puedan ir organizando el contenido de las intervenciones, para así poder sacar mis propias conclusiones. Pero a los veinte minutos yo también me aburro. Por eso, porque soy una apasionada de la política y no encuentro en el debate mucho poso de política de verdad; de esa que está al servicio de la ciudadanía y del bien común.

Rajoy habla con verdades absolutas que me causan escepticismo
Habla el actual Presidente del Gobierno: para mi gusto, de manera demasiado formalista. Si bien es cierto que su papel ha de enmarcarse en rigurosos formalismos, esto hace que sus palabras en la mayoría de los casos no se entiendan. Y lo que es peor, muchas de las cosas que dice –y que no dice- son de gran importancia, pero están articuladas de tal manera que me hace pensar que ya tienen la intención de que solamente algunos pocos puedan comprenderlas.

Las verdades absolutas me causan escepticismo. Y más viniendo de quien no cumple su palabra y esgrime que “es su deber” incumplir sus promesas. A mi esto todavía me chirría. Como que combatirá la corrupción de este país, cuando precisamente en este momento produce estupor que sea su partido quien está en el centro de la diana. No sé, creo que hay que tener mucha sangre fría para gritar ese tipo de cuestiones como si fueran ciertas.

Y llegan los grupos de la oposición. Es una alegría ver el cambio general de sus discursos, porque se centran en lo que importa, la ciudadanía.

Como militante socialista, me gusta que Rubalcaba hable del "derecho a rectificar"
Y si bien podrían taparle la boca al actual gobierno con “verdades verdaderas”, veo cierta improvisación, discursos poco articulados bajo la sombra de un necesario reconocimiento de los propios errores.

Me ha gustado especialmente, como militante socialista, esa parte en la que Rubalcaba habla del “derecho a rectificar ”. “Sí señor” (he pensado). Debo reconocer que hasta me ha emocionado, porque ya era hora de que se diga sin miedo que se ha metido la pata. Precisamente porque no podemos negar el pasado, pero debemos asumir que hay un proyecto de presente y habrá un proyecto de futuro. ¡Fuera lastres y manos a la obra!

Desde Izquierda Unida llega un mensaje fuerte que en algunos puntos me ha dejado también algo insatisfecha. Era como ir a dar un bofetón (metafóricamente hablando) y luego, en último momento, meter la mano en el bolsillo. Pero en general, el mensaje ha sido claro y rotundo. Y en muchos puntos he encontrado interesantes coincidencias en la izquierda de nuestro país, lo que me produce alegría pues abre una puerta a la esperanza de la ciudadanía. Ahora más que nunca, debemos estar unidos en aquello que compartimos, que sin duda es mucho más grande que lo que nos diferencia.

Quería escuchar propuestas concretas.., de la importancia de estar unidos ante esta debacle
Si yo hubiera podido le habría preguntado al señor Rajoy por qué no le ha temblado la mano en recortar a los ciudadanos sus derechos y sí a su propio partido (y a su propio bolsillo) cuando todo apunta a que el dinero de Suiza y los dichosos sobres le han salpicado a más de uno a su alrededor.

Yo quería escuchar propuestas concretas. Que se hable de las posibilidades de  nacionalización de la banca; de las alternativas para la reestructuración de un sistema productivo en España dirigido a las energías renovables; de las medidas para acabar con los paraísos fiscales; que se hubiera hablado de las medidas para parar los desahucios, de fuertes controles para eliminar la corrupción; de grandes pactos en educación; de salvar la calidad de la sanidad pública; de la reforma electoral; de las medidas de transparencia; del reforzamiento valiente de la democracia; de garantizar un sistema de justicia independiente al servicio de los ciudadanos… De la importancia de estar unidos ante esta debacle.

Y como nota final añadiré a mi humilde opinión, que nadie gana ni pierde el debate de la nación. Basta ya de competitividad. Los que ganan o pierden son los ciudadanos.

Beatriz Talegón es secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas