La ultraderecha no ha perdido un solo segundo para anunciar a través de las redes sociales que se lanza a las calles para protestar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras sus declaraciones en la sede nacional del PSOE en la calle Ferraz en las que ha dado explicaciones acerca de la dimisión de su secretario de organización, Santos Cerdán.

El líder de la formación ultraderechista Vox, Santiago Abascal, ha cancelado un viaje que tenía previsto para este jueves a Paraguay para instar a los ciudadanos que salgan a las calles a exigir una moción de censura contra el Gobierno. El propio Abascal se ha encargado de anunciar a sus seguidores en las redes sociales que él mismo estaría presente en las protestas frente a la sede de los socialistas en Madrid.

En esta manifestación, el líder ultraderechista se verá las caras con el antiguo líder de Vox en Madrid, Javier Ortega Smith, quien también ha comunicado que estará presente en la convocatoria frente a Ferraz y ha expresado su opinión sobre la actualidad haciendo uso de su característico y faltoso estilo: “¡Dimite de una puta vez, delincuente!”, ha escrito el ultraderechista en la red social X.

Quien tampoco ha perdido la ocasión para tratar de captar algunos seguidores ha sido el agitador y eurodiputado de extrema derecha Alvise Pérez. El líder de Se Acabó la Fiesta ha afirmado en su canal de Telegram que se desplazaría a Ferraz para exigir la dimisión del presidente. Lo que el ultraderechista parece obviar es que su propio partido se encuentra en una profunda crisis interna con el abandono de 2/3 de su cúpula en el Parlamento Europeo. Entre los últimos escándalos que ha protagonizado el líder de SALF está el cobro irregular de 100.000 euros, algo curioso viniendo de alguien que ahora se encamina a protestar contra la corrupción.

La convocatoria de diferentes líderes para manifestarse contra la corrupción frente a la sede socialista puede ocasionar una repetición de las bochornosas imágenes que ya se vivieron en noviembre de 2023, cuando el Gobierno cerró un acuerdo con Junts sobre la Ley de Amnistía. Desde entonces, la calle que alberga a la sede de los socialistas se ha visto inundada de numerosas manifestaciones, un fracaso en su mayoría, pero que han dejado polémicas imágenes para recordar. Algunas de las noches en las que la ultraderecha ha convocado a sus más fieles seguidores, la intervención policial no ha estado ausente.

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