El presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, ha expulsado del pleno a las vicepresidenta segunda y secretaria segunda de la Mesa, Mercedes Garrido y Pilar Costa, respectivamente, tras persistir en su voluntad de lucir en la Mesa, durante el debate de enmiendas a la totalidad a la derogación de la ley de memoria, camisetas con la imagen de Aurora Picornell y las Roges del Molinar.

El presidente de la Cámara ha tomado esta decisión después de proponer a Garrido y Costa que ocuparan algunos de los escaños que emplean cuando hacen preguntas al Govern si querían seguir luciendo las prendas. Tras llamarlas al orden y éstas negarse a abandonar la Mesa han sido expulsadas. Tras ellas, todos los diputados de PSIB, MÉS per Mallorca, Més per Menorca y Unidas Podemos han abandonado la sala.

Nueva polémica

Cuatro meses después de que Le Senne rompiese el retrato de la republicana Aurora Picornell y las ‘rojas del Molinar’, el presidente del Parlamento de Baleares ha vuelto a ser el centro de la polémica al expulsar a dos diputadas que homenajeaban a dos víctimas del franquismo. En el fragor del debate sobre la derogación de la Ley balear de Memoria Democrática, el ultraderechista advertía a las parlamentarias y las instaba a cambiar sus prendas para mantener la “neutralidad de la Mesa” de la Cámara. Sin embargo, al no satisfacer sus exigencias, el presidente las echó del Pleno. 

Dos representantes del PSIB-PSOE en la Mesa de la Cámara autonómica, Mercedes Garrido y Pilar Costa, fueron reprendidas por el presidente del Parlamento de Baleares, quien les instaba a cambiarse unas camisetas con el retrato de represaliadas por la dictadura franquista. Las parlamentarias socialistas se negaron de inicio a fin, lo que provocó la sobrerreacción del máximo responsable de la Cámara autonómica.

Tras el primer aviso, Le Senne les emplazaba a sustituir sus prendas con el fin de preservar la neutralidad de la Mesa. En caso contrario, debían de abandonar la Mesa y ocupar sus escaños en el Hemiciclo. Sin embargo, tras las tres llamadas al orden y ante la negativa de ambas, se ha procedido a su expulsión. El debate, tras este incidente, se ha bloqueado, habida cuenta de que la oposición abandonó el pleno de forma conjunta, aunque la duda reside ahora sobre si decae o no la enmienda a la totalidad que presentaron los grupos de la oposición, como réplica al texto impulsado por Vox para derogar la normativa con apoyo del PP.

"No soy un fascista"

El nombre de Le Senne volvió a saltar a la palestra el pasado 18 de junio cuando rompió una imagen de la republicana Aurora Picornell y las conocidas como 'rojas del Molinar', fusiladas por los franquistas la noche de Reyes de 1937. 

El episodio despertó una gran indignación que, sin embargo, no se pudo ver plasmada con la destitución de Le Senne, dado que el PP le salvó el cuello. En el pleno donde se debatía su cese, auspiciado por todos los grupos de la oposición, acusó a todas las formaciones de "inflar hasta el absurdo" el incidente de la foto de Aurora Picornell. En dicha sesión, manifestó su deseo por "pinchar esa burbuja" e insistió en que "no es un fascista". 

Durante el pleno se defendió de las acusaciones de la oposición, mostrándose "alegre" por poder intervenir por primera vez como un diputado más. A juicio del presidente, la oposición organizó "un circo que han estirado durante más de dos meses" y les acusó de animar a sus "huestes" a gritar "Gabriel Le Senne, puto nazi" a la puerta del Parlament.

"Saben que ni rompí el folio a propósito, ni soy un fascista, ni nada de todo eso que afirman en público. No, no soy un fascista. Lo saben muy bien. Así llaman ustedes a todo el que se les opone", afirmó Le Senne, mientras acusaba a la izquierda de provocar una campaña en redes sociales por la que ha recibido "insultos sin fin y lo que es peor, amenazas de muerte". "No odio a nadie. Mi problema no fue con Aurora Picornell sino con Mercedes Garrido y Pilar Costa (quienes llevaron las imágenes). A ellas tampoco las odio", concluyó. No obstante, puede que el capítulo, pese al apoyo del PP, no esté cerrado, dado que la oposición podría activar la palanca de un pleno similar tras la expulsión de las dos socialistas de la Mesa.