No es la primera vez que el presidente del Gobierno baja al barro que plantea un José Luis Ábalos echado al monte de la mano de la derecha mediática tras su ingreso en prisión. El ex número tres del Partido Socialista y ex ministro de Transportes cambió radicalmente su estrategia horas antes de desfilar por los aledaños de Soto del Real. Del silencio, pasó a la ofensiva contra su antiguo jefe y hombre de confianza, Pedro Sánchez, que no iba a permanecer demasiado tiempo callado. Y así ocurrió. Primero, en el programa de Gemma Nierga en La 2 – Cafe d’idées – y, en segundo lugar, en las entrañas del Congreso de los Diputados, en una fecha tan señalada como el Día de la Constitución, en una conversación informal con los periodistas. Un mensaje claro, directo y conciso con dirección a la penitenciaría donde ya permanece desde hace poco más de una semana.
En el emblemático enclave del Salón de los Pasos Perdidos, Sánchez no ha rehuido el tabú que podía suponer el nombre de José Luis Ábalos. O que al menos así era hasta hace unos días, antes de que el exministro abriera la Caja de Pandora en un cambio de vertiginoso de estrategia para salpicar al Gobierno con las gotas de la trama corrupta que presuntamente conformaba con su exasesor Koldo García Izaguirre y su sucesor en la Secretaría de Organización Socialista Santos Cerdán. El que fuera responsable de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana sirvió fuego a la derecha mediática desde OkDiario, con una entrevista en exclusiva que precedió a un giro de 180 grados a su cuenta oficial de X – antes Twitter – y a la aparición de su hijo como abogado mediático. Actuación conjunta para dirigir sus misiles al Palacio de La Moncloa.
Precisamente, en la residencia presidencial entienden – e incluso asumen – el derecho del exministro a defenderse, pero no a cualquier precio. Mensaje que engarza con una de las últimas apariciones públicas de Ábalos, en la que posó su dedo acusador sobre la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, y Air Europa. Palabras que, como es obvio, no sentaron bien en el entorno de un Pedro Sánchez que aprovechaba la festividad constitucional para mandarle un mensaje a quien antaño fue un estrecho colaborador. De hecho, el jefe del Ejecutivo le acusaba de esparcir calumnias, ataques e insidias que considera muy graves y que afectan a personas que incluso son ajenas a la política. Una alusión clara a su esposa y a la causa judicial – no exenta de polémica – que instruye el juez Juan Carlos Peinado.
"Un gran desconocido"
Sánchez reiteraba ante los periodistas que Ábalos tiene el derecho reconocido a defenderse ante las investigaciones judiciales, pero ha subrayado que esa estrategia de defensa no puede cimentarse sobre acusaciones a terceras personas en forma de difamaciones. Máxime a quienes no están en el foco público por el ejercicio de la vida política, como es el caso de Begoña Gómez. Así, aludía directamente a las palabras en las que el exministro vinculaba a la esposa de Sánchez con la decisión de rescatar a la compañía aérea Air Europa.
Actitudes que, tal y como aseguraba el jefe del Ejecutivo, no serán respondidas por Moncloa. Tampoco por el PSOE. En calidad de secretario general de los socialistas, advertía al que fuera su número tres que sus siglas no van a aceptar chantajes de ningún tipo. En este sentido, asegura que desconoce el camino que pretende seguir su excompañero con estrategias de esta índole.
No obstante, el propio Sánchez ya marcó distancias con el exministro esta misma semana, en su entrevista con el segundo canal de la televisión pública estatal, al distinguir a Ábalos como un “gran desconocido” para él. Declaraciones – manoseadas en parte por la derecha política y mediática – de las que se desprende la decepción profunda que le causaron sus dos últimos secretarios de Organización y que clarifican que los casos de corrupción que salpican a Ferraz no son sino dos manzanas podridas de una gran remesa intacta. De hecho, el propio Sánchez afeaba ante los periodistas que estas palabras se han retorcido hasta la saciedad porque el significado era evidente; en clara alusión a que no era consciente de la red tejida por Ábalos, Koldo y Santos Cerdán. Dicho lo cual, reiteraba que el PSOE mantiene su colaboración plena con la Justicia e insistía en que se ha actuado con contundencia al tener noticia de todo ello.
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