Que el Partido Popular nunca ha sido la avanzadilla en la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres no es una noticia. No hay más que recordar a María Dolores de Cospedal cuando afirmó que “es muy ofensivo para muchas mujeres que, como eres mujer, tienes que formar parte de una cuota, y eso es lo más machista que hay para la mujer.  Es considerarnos como una masa deforme y que somos todas iguales”. De la misma manera, Cristina Cifuentes o Dolors Montserrat se sumaron de forma unánime contra las cuotas, uno de los instrumentos más eficaces de reducir la discriminación de la mujer tanto en los puestos de representación política como en la empresa privada. Su discurso era “no creo en cuotas, creo en el mérito y la capacidad”.

Pero hasta ahora ninguna política se había referido a las mujeres de un gobierno como “floreros”. Ayer en la Comisión 5ª de Sanidad, Política Social y Empleo del Parlamento Gallego, la portavoz de Igualdad del PP en la Cámara gallega, María Ángeles García Míguez, compareció para denunciar la escasa implicación que tenía el Ayuntamiento de Vigo con las políticas contra la explotación sexual, ya que tuvieron que retirar una valla que promocionaba servicios sexuales del aeropuerto de la ciudad olívica, tras el requerimiento de una asociación de mujeres.

A continuación, para reafirmarse en su alegato por la Igualdad, la diputada se dirigió al PSOE para afirmar que “no queremos gobiernos ‘florero’, no queremos gobiernos llenos de mujeres que no hagan lo que tienen que hacer desde la igualdad”. A pesar de que el parlamentario socialista, Julio Torrado, pidió a la presidenta de la comisión, Marta Rodríguez-Vispo, que se retirasen las palabras de la portavoz parlamentaria de Igualdad del PP, por constituir una falta a la dignidad del grupo socialista y de la propia institución, ya que entiende que “si la diputada considera que las mujeres forman floreros es una opinión personal, pero cree que no debe ser recogida, al igual que debe ser llamada al orden por faltar a la dignidad de una institución”.

Pero la presidenta de la comisión, también del PP, no solo afirmó que “no veo ninguna falta de decoro”, sino que además añadió que “estas frases se utilizan a veces en los debates y que no tienen mayor trascendencia”. A pesar de esto la parlamentaria fue conminada por la presidenta de la Comisión a retirar las palabras, pero finalmente García Míguez decidió no retirar la expresión porque según ella “se estaba refiriendo a todo el Gobierno, tanto a mujeres como a hombres”.

Sin embargo, las palabras de la parlamentaria no dan lugar a dudas “no queremos gobiernos florero, no queremos gobiernos llenos de mujeres que no hagan lo que tienen que hacer desde la igualdad “. Aunque García Míguez, intente justificar que se refiere a todo el gobierno para reafirmarse en su aseveración, no deja de estar llamando “floreros” a las mujeres que forman parte del Gobierno. Es significativo que una mujer pueda considerar a otra como un “florero”.  Al hacerlo no solo es un insulto a las personas a las que se refiere, si no que por añadido revela la consideración que esta diputada puede tener de las mujeres, por lo que también se está degradando a sí misma.