Primero Sumar, ahora Podemos. Los morados se preparan para lo que pueda suceder. Las fuerzas a la izquierda del PSOE se alinean ante la posibilidad de un adelanto electoral que los socialistas niegan, aunque lo hacen por separado. La formación ideada por un Pablo Iglesias en busca de financiación para su sueño hostelero se reagrupa en torno a una dirección relativamente renovada y el tándem Irene Montero-Ione Belarra. Un ticket que entienden como caballo ganador frente al proyecto de la vicepresidenta segunda del Gobierno, a quien urgen a disolverse entre el poder de Ferraz. El rearme -o el intento- no hará sino endurecer los postulados del partido y encarecer sus cuatro votos en el Congreso para enaltecer su izquierdismo frente a un Sumar acomodado en la moqueta de Moncloa.
Los cantos de sirena del progresismo no llegan a los oídos de Podemos. Los de Belarra no compran el marco que propagan desde Ferraz y Moncloa, aunque la realidad y las experiencias pasadas refrendan que una izquierda desunida sirve en bandeja el poder a la coalición PP-Vox. Aun con todo, en esta V Asamblea que arranca este viernes y culmina el sábado se apuntalará el posicionamiento crítico contra el Gobierno para resignificarse como actor principal de la izquierda contestataria. Visión que imposibilita el entendimiento que proclaman desde Sumar, a los que insisten en que su futuro está ligado a las siglas del Partido Socialista.
Blindaje al tándem Montero-Belarra
Los morados afrontan su cónclave, que tendrá lugar en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid, y que apenas contará con incógnitas. Ni en clave argumental ni orgánica, pues se refrendará el liderazgo de su secretaria general, Ione Belarra, cuya lista no ha tenido rival de última hora, por lo que Orgullosamente Podemos -así se llama su candidatura- es la única que ha reunido los avales necesarios para presentarse.
Servirá también para reafirmar la candidatura de su ex ministra de Igualdad. La dirección morada designó a Montero como su candidata para un proceso de primarias descafeinado, pues tampoco ha recibido una respuesta contraria por parte de la militancia. Por lo tanto, al ser la única alternativa, la V Asamblea será el bautizo de la Montero candidata a la Presidencia del Gobierno para las próximas elecciones generales.
Montero tendrá el mandato de configurar una candidatura que no se circunscriba a Podemos. Para ello, buscará apoyos en los sectores de izquierda de la sociedad civil contrarios al régimen de guerra. Es decir, al ticket que encabezan Pedro Sánchez (PSOE) y Yolanda Díaz (Sumar). De hecho, la propia exministra de Igualdad ha cerrado la puerta a las alianzas con los magentas, situándolos en la misma órbita que los socialistas y reclamando a sendas fuerzas que se fusionen.
Entre tanto, la secretaria general aspira a un segundo mandato cómo líder de Podemos después de que en 2021 las bases la eligieran en una asamblea clave, pues se escogía al heredero de Pablo Iglesias, imagen capital del partido. El ideólogo del partido abandonó la política -a su modo-, dejando a Belarra a la cabeza de un partido que afrontaría sus cuitas con Yolanda Díaz y Sumar tras el 23J, que acabaron con la separación del proyecto magenta y su salida al Grupo Mixto.
Ni Sumar ni PSOE
Para esta nueva etapa, los morados preparan un documento político que redobla su apuesta argumental contra los magentas, calificando la creación de la plataforma de Díaz como “operación” auspiciada por el PSOE para acabar con Podemos y reemplazarles por una izquierda “más manejable” que los morados. Incluso defiende como un “acierto” la ruptura con Sumar a finales de 2023 que les condujo al Grupo Mixto, pues ese movimiento les dio autonomía para hacer oposición sin “ataduras”. En este sentido, acusan a los magentas de “vetar” algunos postulados de los morados que han resurgido, según explican, a raíz de las elecciones europeas.
Podemos saca pecho de que, a raíz de la cita electoral del pasado curso, muchos aliados les daban por muertos y ahora el cuento ha cambiado. De ahí que se hable de Sumar como “proyecto muerto” reivindicando la autenticidad ideológica y transversal de los morados. El propio Iglesias se ha manifestado en este sentido, reafirmándose en que no debe hacer casos de sus “cantos de sirena” para confluir en el mismo espacio que los magentas. Asimismo, defiende la generosidad de su partido con cualquier fuerza que busque un espacio conjunto.
En paralelo, otro de los ejes sobre los que pivotará el cónclave de Podemos será el apoyo al Partido Socialista. La propuesta de Belarra profundiza en las diferencias con Moncloa, acusando a la coalición -concretamente al ala socialista- de querer aplicar un “régimen de guerra” en España. Por ello, elevar el tono contra el Gobierno se antoja una “obligación política y moral” para la fuerza progresista.