La semana arrancaba con una noticia poco esperada y que ha llamado la atención de mucho: la actuación de la Policía Nacional que ha permitido desarticular una banda terrorista neonazi que se encontraba preparada para actuar. El operativo se desarrolló en Castellón, donde la detención de tres sujetos ha sacado a la luz la presencia en España de un fenómeno que, aunque en otros países sí ha copado titulares, apenas había presencia dentro de nuestras fronteras, planteando interrogantes no solo en torno a los procesos de radicalización, sino también cómo pueden influir los discursos políticos en ellos.

La presencia organizada de células terroristas de extrema derecha, supremacistas y aceleracionistas vinculadas a redes internacionales no era algo de lo que se hubiera tenido constancia hasta ahora en España. La actuación policial, dirigida por el Juzgado Central Número 6 de la Audiencia Nacional, ha culminado con la desarticulación del primer grupo de este perfil detectada en territorio español, una sección de The Base que había comenzado ya a dar pasos operativos que, tal y como ElPlural.com ha podido conocer por fuentes cercanas a la investigación, evidenciaban un preocupante aumento de la actividad que hacía presuponer que se habrían diseñado atentados a cometer en nuestro país.

Como se hacía mención, el operativo se saldó con tres detenciones que evidenciaron, una vez más, que la juventud se convierte en un importante calado para captar miembros, ya que dos los arrestados tenían 24 y 22 años. Por su parte, el tercero es un varón de 48 años que ejercía como líder y que cuenta con numerosos antecedentes por episodios de violencia. Su historial y su acelerado proceso de radicalización habían hecho saltar las alarmas de los servicios de información, que llevaban tiempo monitorizando su actividad. Tras su arresto, el principal investigado ha ingresado en prisión provisional, mientras continúa abierta la instrucción judicial por delitos de pertenencia a organización terrorista, captación, adoctrinamiento, adiestramiento con fines terroristas y tenencia ilícita de armas.

La magnitud de lo incautado en los cinco registros realizados en Castellón da una idea clara del nivel de preparación y del peligro que, según los agentes, representaba esta célula. En su sede, los investigadores hallaron nueve armas (dos de ellas de fuego), abundante munición, más de veinte armas blancas, material paramilitar empleado en entrenamientos tácticos y documentación de carácter aceleracionista. También aparecieron manuales, propaganda y simbología de estética neonazi, así como textos que ensalzaban otras organizaciones terroristas. Todo ello dibuja un perfil de grupo altamente radicalizado, con una estructura ya en marcha y una ideología totalmente alineada con los postulados de The Base.

Atendiendo a las fuentes del caso, la Policía Nacional en su proceso de seguimiento a estos sujetos que se habían convertido en sospechosos, venía monitorizando sus movimientos desde que en el mes de febrero se detectara la actividad del grupo, cuyos miembros, según ha podido conocer ElPlural.com, habrían accedido a espacios digitales donde hallar información relacionada con explosivos, tanto para su compra como explicando su preparación. 

La alarma saltó para este cuerpo de seguridad cuando el líder a nivel internacional de The Base llamó a sus células a iniciar ataques. Esto despertó una reacción inmediata en la Policía Nacional española que, ante el considerable aumento de la actividad de los miembros a los que hacían seguimiento en Castellón, decidió intervenir pues existía un riesgo real de gran magnitud, pues según ha podido conocer ElPlural.com, el modus operandi de esta banda terrorista no es actuar sobre objetivos concretos con asesinatos o secuestros de determinadas personas, sino que buscan generar gran impacto a través de sus acciones y las ejecutan en lugares genéricos en los que poder ejercer el máximo daño posible. 

Según el relato policial, los tres miembros vivían volcados en una lógica de culto a la violencia y se encontraban “en disposición de realizar atentados”. En los últimos meses habían intensificado la captación de simpatizantes, el intercambio de contenidos violentos y el adoctrinamiento digital, endureciendo su discurso y verbalizando su voluntad de llevar a cabo “ataques selectivos” en nombre de la “causa”.

Una vez más, como se señalaba antes, vuelven a hallarse perfiles jóvenes en este tipo de grupos terroristas, los cuales, según indican las fuentes consultadas, se radicalizan de manera autónoma mediante la información que van hallando en internet.

The Base, la banda internacional dispuesta a iniciar una "guerra racial"

The Base fue creada en 2018, tratándose de un grupo extremista neonazi cuyos hilos se manejan desde Rusia. Es una red supremacista blanca internacional que opera mediante pequeñas unidades paramilitares preparadas para lo que sus seguidores consideran una inevitable “guerra racial”. De esta manera, su objetivo declarado es la imposición, a través de la violencia, de la hegemonía blanca mediante acciones terroristas y el colapso deliberado de las instituciones democráticas. La célula española, según ha revelado la Policía, mantenía contacto directo con el fundador de la organización. 

Además del trabajo de los especialistas en terrorismo y radicalización, en la operación participaron la Brigada Provincial de Información de Castellón y agentes de EUROPOL, lo que subraya la dimensión transnacional de esta amenaza y el creciente foco que las fuerzas de seguridad europeas mantienen sobre el aceleracionismo violento.

La caída de esta célula no solo supone la neutralización de un grupo dispuesto a actuar, sino que abre una ventana a un fenómeno minoritario en España pero en expansión internacional, marcado por el uso intensivo de internet como herramienta de captación, entrenamiento y coordinación. Un aviso de que la violencia supremacista, aunque marginal, también busca espacio en nuestro país y exige vigilancia constante.

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