La carta abierta de la periodista Maribel Vilaplana en Valencia Plaza vuelve a desvelar otra mentira más del presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, la enésima del político del PP. Pero en este caso, la mentira no solo fue a la opinión pública sino que también se le transimitió desde el entorno de Mazón a la cúpula del partido en la calle Génova y al presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo. Y es que Mazón aseveró en su día que sobre las seis de la tarde ya estaba en el Palau de la Generalitat. Sin embargo, hoy hemos sabido del puño y letra de la periodista que la realidad es que abandonaron El Ventorro a las 18:45 de la tarde, una hora después de lo que en principio, y hasta ahora, han mantenido que hicieron desde Presidencia.

Las fuentes de Génova consultadas por ElPlural.com sobre lo que les dijo Carlos Mazón han dicho: "A Génova se le trasladó exactamente la misma información que a la opinión pública. Nosotros no tuvimos otra". Este periódico ha consultado por lo publicado no solo por ElPlural.com sino también por el resto de medios. Y lo que hasta ahora era la versión de Presidencia era, tal y como publicó Levante-EMV, el periódico más vendido de la Comunitat Valenciana: "Según la versión de lo sucedido aportada por Presidencia el día que se desveló que Mazón había comido con la periodista, este llegó al Palau en torno a las 18:00 horas".

Pero esa carta abierta tiene otro punto incendiario, y es que según la versión de la periodista: "En un momento determinado de la comida, el presidente empezó a recibir llamadas que interrumpieron nuestra conversación de manera continuada. Yo seguí en el restaurante, completamente ajena a esas comunicaciones: no pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto. Actué, como siempre he hecho, desde la discreción y el respeto que me caracterizan. Esas interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45".

Es decir, que Mazón recibió múltiples llamadas. Tantas que la salida del restaurante se retrasó hasta las 18:45, cuando Algemesí ya estaba inundado, y en Paiporta estaba a punto de desatarse la mayor de las tragedias. La pregunta que surge ante esta información es simple: ¿Por qué Carlos Mazón ignoró a sus ciudadanos en el peor día de su historia y decidió quedarse en un restaurante hasta casi las siete de la tarde?

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