Delegación del Gobierno de Madrid y el Ministerio de Memoria Democrática han organizado este viernes un acto de conmemoración por el 47º aniversario de la Constitución Española. Un evento, organizado en la sede de la UNED en Madrid, que ha querido vehicular el abrazo común de 1978 con el valor y el trabajo del asociacionismo vecinal, encarnado en Félix López Rey, y la universidad pública, representada por Elena Maculan, secretaria general de la UNED, Lucía Llobell Vadillo, portavoz del Consejo de Estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid, e Irene Valenzuela Agüí, investigadora ATRAE (programa de retorno del talento científico a España).

Este acto, reivindicativo de la Constitución y de su indispensable sentido de pertenencia colectivo, nació además para responder a un veto: el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien decidió no invitar a sus actos conmemorativos a ningún representante del Ejecutivo central. Frente a esta decisión, desde Moncloa organizaron un acto plural (al que invitaron a los miembros del gobierno regional a asistir), reivindicando el espíritu de la Carta Magna y las negaciones previas mantenidas por los conocidos como padres de la Constitución, representantes de la soberanía española de diferentes ideologías que superaron sus diferencias para redactar los preceptos fundamentales que ponían punto y final al régimen franquista.

El evento ha arrancado con una performance reivindicativa, simulando una asamblea con lanzamiento de octavillas incluido, en el que se han reivindicado derechos tan indispensables conseguidor por la sociedad española como el aborto, el matrimonio igualitario o los servicios públicos. Una vez ha arrancado el turno de intervenciones, la tónica ha sido similar, con especial énfasis en la educación y la sanidad.

“Hubo un tiempo en el que la libertad era una aspiración. Hace años, los estudiantes que se manifestaban previamente hubiesen sido mandados a la Puerta del Sol”, arrancaba Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid, en referencia a la Dirección General de Salud (DGS), centro de torturas ubicado durante el franquismo en actual Real Casa de Correos (sede de Gobierno de la Comunidad de Madrid). “Otro acto se celebra en paralelo en el kilómetro cero del terror franquista. Hay que reconocer la verdad”, abundaba Martín. “Principios como la lealtad y el respeto institucional están en jaque. Este es el triste motivo de vernos aquí. El día de la Constitución ha sido siempre un símbolo de lealtad. Hasta que alguien decidió que no fuese así”, sentenciaba.

Palabra oculta

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Representantes de la Universidad

Tras la apertura del delegado del Gobierno, llegaba el turno de los representantes de la Universidad convocados al acto. La primera en tomar la palabra era Elena Maculan, secretaria general de la UNED: “La universidad pública trabaja para reducir barreras: económicas, culturales o de género. Es un espacio seguro y dinámico donde cada estudiante encuentra apoyo para fomentar la movilidad social”, indicaba Maculan haciendo una defensa cerrada del artículo 27 de la Carta Magna.

Mismo mensaje que el reivindicado posteriormente por la portavoz de los estudiantes de la UAM, Lucía Llobell: “Estas últimas semanas se han declarado paros y movilizaciones estudiantiles, especialmente en Madrid. Es un llamado de atención para reclamar una financiación suficiente. No pierde solo la comunidad universitaria, sino toda la sociedad. La educación no es un gasto, sino una inversión”, arrancaba. “Proteger la universidad pública es proteger la libertad”, sentenciaba, en lo que era un claro dardo dirigido a la infrafinanciación de los centros públicos que tiene lugar por parte de Isabel Díaz Ayuso.

No sería la única en centrar el tiro en el gobierno regional. Irene Valenzuela, investigadora que ha podido volver a Madrid, lugar donde se formó, gracias al programa ATRAE, ha atacado en la misma dirección: “Me preocupa la deriva de la universidad madrileña. No lo entiendo. ¿Queremos acabar con nuestros recursos? Los mejores investigadores y profesores están en la pública. Esta retroalimentación entre la docencia y la investigación transforma la sociedad”.

De los barrios al Ministerio

Los últimos en comparecer han sido Félix López Rey, quien ha reivindicado el poder del asociacionismo vecinal como motor de lucha contra el franquismo, y Ángel Víctor Torres, ministro de Memoria Democrática y encargado de cerrar el acto: “Termino con una reflexión personal sobre la Constitución Española: algunos dicen que podríamos haber ido más allá en 1978. No fue un camino fácil. Cada paso costó esfuerzo. Algunos que lucharon en la calle no llegaron a disfrutar de la democracia”, ha indicado el primero entre lágrimas emocionadas por el recuerdo de quienes fueron sus compañeros.

“Ahora podemos opinar, criticar y amar. Se puede ser de izquierda, derecha, centro o de nada. Podemos incluso criticar la Constitución. Eso no fue así antes”, proseguía el segundo, quien, enmarcando su discurso en el ciclo de conferencias y actividades ‘España en Libertad’, sentenciaba que “la muerte del dictador fue el principio y supuso la vida”.

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