Primeros nombres confirmados. Cuca Gamarra ya tiene su relevo. El líder de la oposición ha aprovechado su paso por Espejo Público para anunciar dos cambios que se ratificarán en el Congreso que el partido celebrará este mismo fin de semana en Madrid. Así, Alberto Núñez Feijóo ha asegurado que será Miguel Tellado el que recoja el testigo de la exalcaldesa de Logroño como nuevo secretario general de la formación. Su cargo como portavoz en la Cámara Baja recaerá sobre uno de los perfiles al alza en el organigrama conservador como es Ester Muñoz, actual vicesecretaria de Sanidad y Educación.
Gamarra confirmaba el lunes que daría un paso a un lado. “Toca relevo y pido relevo”, verbalizó en una rueda de prensa en la que defendió la “necesidad” de modernizar el aparato orgánico del Partido Popular, a fin de que vaya “adecuándose” a los retos que los conservadores “tienen por delante”. Sobre todo, ante los “gravísimos hechos” que están conociéndose en torno a la “corrupción” del Partido Socialista, sin concretar que ésta afecta por el momento a dos miembros que ya no están bajo la protección de las siglas del PSOE.
La renuncia de la riojana abría camino a una nueva era en Génova. Todo apuntaba a que durante la semana saldrían en los titulares quinielas con sus posibles sucesores, pero este miércoles Feijóo ha dilapidado todo rumor. El líder de la oposición ha confirmado la identidad no sólo del nuevo secretario general del Partido Popular, sino también de la que será la portavoz parlamentaria en el Congreso de los Diputados a partir del próximo periodo de sesiones, habida cuenta de que será el propio jefe de los conservadores quien asuma las réplicas a Pedro Sánchez en los plenos monográficos fijados para el próximo 9 de julio.
Nueva era
En una entrevista concedida a Espejo Público, Feijóo acababa con toda la rumorología al confirmar a Miguel Tellado como relevo de Cuca Gamarra en la Secretaría General. El flamante cargo del gallego no le permitiría compatibilizar sus tareas de portavoz parlamentario, por lo que el jefe de la oposición mete todas las fichas a Ester Muñoz, un valor al alza dentro del organigrama conservador.
Así las cosas, Tellado escala del tercer al segundo escalón orgánico de Génova, aunque en la práctica ya era el fontanero por excelencia de Feijóo, así como su chico para todo al ostentar la portavocía del grupo parlamentario. El expresidente de la Xunta renueva así su confianza en un Tellado que se encargará de sacar lustre a las siglas conservadores de cara a las próximas citas electorales. Por lo pronto, se espera que Castilla y León abra el nuevo ciclo electoral para después continuar en Andalucía, contando con que por el camino el presidente del Gobierno no disuelva las Cortes y adelante las generales.
El gallego es una persona de la máxima confianza de Feijóo. De hecho, fue su secretario general en el PP de Galicia desde 2016 al 2022, cuando dio el salto a Madrid de la mano de su líder en el Congreso de Sevilla. Allí, el entonces flamante líder de la oposición ungió a Tellado con la Vicesecretaría de Organización, aunque tal responsabilidad la abandonó en noviembre de 2023 para convertirse en portavoz parlamentario.
La ronda de contactos turba la paz
Renovación de cuadros aparte, el Congreso del Partido Popular se aproxima y la paz interna no está garantizada. No después de que Feijóo llamara a la puerta del bloque de la investidura. Concretamente del independentismo catalán. En sectores conservadores no ha sentado bien que Génova se aviniera a recoser viejas alianzas con quienes, según su juicio, pusieron en jaque el orden constitucional en 2017 y al siguiente Ejecutivo a su merced al conducirlo hasta la Ley de Amnistía, recientemente ratificada por el Tribunal Constitucional.
Madrid y Barcelona han puesto la nota discordante en lo que Génova define como una balsa de aceite. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha pronunciado en contra históricamente de reestablecer los lazos con el partido de Carles Puigdemont. La baronesa lanzó el dardo desde su Fuenlabrada, advirtiendo del riesgo que podría suponer cualquier “paso en falso” en el contexto actual, habida cuenta de que podría conducir a un apuntalamiento del “sanchismo”. Máxime, subrayaba, si los votos restantes para la moción de censura recaen sobre los juntaires, a quienes atribuye un “papel romántico” en el espectro independentista.
Al margen de la consecución de “privilegios” que censura Ayuso desde su atalaya capitalina, emerge la figura de un Alejandro Fernández que se bate el cobre con los de Puigdemont sobre el terreno. El líder del PP catalán ya impulsó estas últimas semanas una batería de enmiendas a la ponencia política, entre las cuales se incluía un veto expreso a cualquier atisbo de pacto con los neoconvergentes. Movimiento que confronta con la última maniobra de la dirección nacional que, a escasos tres días para el cónclave, ha removido viejas aflicciones.