La relación real del PP con el independentismo sigue siendo una incógnita, al menos hasta el fin de semana. El congreso del partido, que se desarrolla de viernes a domingo, puede ser una especie de nueva oportunidad para las partes -si acaso en la teoría, pues en la práctica parece que no iría a mayores-para “poner el contador a cero” de la política española, siguiendo lo que le emplazó el líder ‘popular’, Alberto Núñez Feijóo, a Carles Puigdemont.
Ese acercamiento, que se tradujo en una ronda de contactos dentro de la cual Junts le ha cerrado la puerta, por lo pronto en estos momentos, a los conservadores y viceversa no cae bien en Madrid, ni en Cataluña, donde gobiernan el partido Isabel Díaz Ayuso y Alejandro Fernández respectivamente.
Desde la primera comunidad autónoma pidieron hace unos días al gallego enmendar la ponencia política de las próximas horas para que quede clara la posición a seguir por la formación tanto de puertas hacia dentro como de cara a su electorado. Por su parte, la opinión de la capital respecto de cualquier atisbo de acercamiento con el independentismo siempre ha sido clara: con quienes comparten esa ideología, ni a la vuelta de la esquina.
Con este telón de fondo, el resto de los barones, en su mayoría, dejan hacer y deshacer al dirigente primero del partido en el seno del evento marcado en rojo en el calendario. Con esa vía libre, Feijóo ha nombrado a Miguel Tellado como secretario general tras la salida de Cuca Gamarra de este puesto, a pesar del recelo que existe de que la cúpula de Génova sea mayoritariamente gallega, y pretende destensar la cuerda con los neoconvergentes.
Las intenciones de Feijóo son evidentes y pasan por mantener la imagen de que su partido no acudiría a los catalanes si necesitara de su respaldo para alcanzar La Moncloa, pero a la vez, y siendo consciente de las matemáticas, dejar la puerta entornada por si requiriera de ese apoyo en algún momento.
Cabe recordar que, al margen del discurso, el líder del PP ya exploró la vía del apoyo de los de Puigdemont en su investidura fallida en 2023. El partido estudió durante 24 horas la amnistía que le pidió Junts, pero termino descartándola y, finalmente, no hubo acuerdo, por lo que el voto del partido liderado por Miriam Nogueras en el Congreso fue desfavorable.
Ahora, Feijóo ha aprovechado el momento de debilidad del PSOE coincidiendo con el ingreso en prisión del ex secretario de Organización Santos Cerdán para lanzar un órdago directo a Puigdemont. El pasado miércoles, el expresidente de la Xunta de Galicia se dirigía de esta forma al político que se encuentra en Waterloo: “El señor Puigdemont se ha dado cuenta de que Sánchez le ha utilizado, engañado y estafado políticamente, y en Cataluña quien lo está rentabilizando es el señor (Salvador) Illa (…) Tendrá que decidir si quiere seguir manteniendo a Sánchez, o si quiere abrir un nuevo período, poner el contador a cero y que los españoles, y por tanto, los catalanes, hablen”.
Asimismo, el PP ha “abierto una vía de contacto” con la portavoz parlamentaria de Junts, según explicó Feijóo, que sí descarta viajar fuera de España para negociar en persona con Puigdemont para una hipotética moción de censura al presidente del Gobierno.
¿Incorporará Feijóo la enmienda catalana?
La duda más inmediata es si la formación incorporará o no la enmienda que le piden desde Cataluña para echar del todo el cerrojo al independentismo. “(…) Resulta inviable llegar a pactos de gobierno con aquellas fuerzas políticas que incluyan entre sus objetivos subvertir el orden constitucional”. Este es el texto que el Ejecutivo de Fernández pide que se incorpore el fin de semana, y el PP incorporaría la enmienda, aunque se desconoce la redacción con la que lo hará, según indica este jueves El País. El entorno del político catalán también confían en cerrar el pacto, pero no dan por cerrado el acuerdo.
Feijóo parece encontrarse nuevamente en una encrucijada complicada en tanto en cuanto los sectores tienen la complicada misión de encontrar una redacción que contente a ambas partes. Los neoconvergentes aseguran que las cosas no están como para que haya acercamiento con Génova, ya que todavía duelen algunas de las decisiones en Bruselas, como el veto al catalán. Entretanto, la formación conservadora rompía otra vez puentes con el PNV.