La que fuera portavoz de Vox en el Parlamento Balear, Idoia Ribas, vuelve a la carga contra su antigua formación. Actualmente figura como diputada no adscrita en la Cámara regional y ha repelido las constantes descalificaciones que profieren sus excompañeros contra ella y otros antiguos cargos de la fuerza que preside Santiago Abascal, como el secretario general, Ignacio Garriga. Ribas ha cargado duramente contra la cúpula de la formación, asegurando que la organización es “una estafa piramidal con estructura de secta”.

Ribas, ha cargado duramente contra la dirección nacional del partido y contra su líder, Santiago Abascal, a quien acusa de tener como “verdadero interés acumular dinero público en la Fundación Disenso”, entidad de la que, ha recordado, “se ha hecho presidente vitalicio”.

En una comparecencia pública, Ribas desgranó una serie de maniobras internas que, según su testimonio, evidencian la falta de transparencia y las prácticas tóxicas de la cúpula de Vox. Entre ellas, situó el intento de la dirección estatal de forzar la convocatoria de elecciones anticipadas en Baleares en enero de 2024, retirando el apoyo parlamentario al Govern del PP que lidera Marga Prohens.

Presiones y desvío de fondos

Ribas explicó que, desde el inicio de la legislatura, la dirección nacional presionó al grupo parlamentario balear - entonces formado por ocho diputados, de los que hoy solo permanecen cinco - para que transfiriera parte de la asignación pública destinada a financiar su funcionamiento. En un primer momento, los diputados limitaron esa cesión al 10 %, pero tras su destitución como portavoz, su sucesora Manuela Cañadas elevó esa aportación hasta el 50 %.

La exportavoz denunció que estas prácticas estaban orientadas a engordar las arcas de la Fundación Disenso, el think tank de Abascal, a costa de los recursos públicos asignados al grupo parlamentario en Baleares.

Una maniobra fallida contra el Govern del PP

Ribas también relató cómo, en enero de 2024, Cañadas advirtió al resto del grupo de que el comité ejecutivo provincial - controlado por la dirección nacional - pretendía dinamitar la legislatura retirando el apoyo al PP con la complicidad de dos diputados: Patricia de las Heras y Gabriel Le Senne.

Ante esta situación, el resto de parlamentarios intentó expulsar a ambos de Vox, una decisión que finalmente no prosperó. Sin embargo, el fracaso de esa operación interna impidió también que se ejecutara la amenaza de dejar caer al Govern de Prohens, lo que, en palabras de Ribas, formaba parte de una estrategia para “vender humo” y aparentar dureza frente al PP tras haber renunciado a entrar en el Ejecutivo autonómico.

“Mentiras, injurias y calumnias”

La exdirigente compareció junto a otros cargos críticos con Vox, como el diputado Agustín Buades y la consellera menorquina Maite de Medrano, que también se han distanciado de la dirección estatal. Ribas aseguró que su experiencia no es aislada y que en toda España se multiplican los casos de cargos electos que abandonan el partido de Abascal “acosados por mentiras, injurias y calumnias”.

A su juicio, estas dinámicas internas responden a “prácticas tóxicas” que descalifican a una organización que pretende “dirigir un país” pero que, en la práctica, se dedica a “maltratar a quienes considera una amenaza para sus intereses particulares”.

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