Crisis diplomática entre el Gobierno de Mariano Rajoy y el Ejecutivo belga. Las declaraciones del primer ministro belga Charles Michel en el periódico Le Soir, donde condenaba la “violencia policial” del Estado español durante el referéndum del 1-O en Cataluña.

Ante estas palabras, el Gobierno español ha intercambiado misivas con el belga y le ha amenazado con represalias por su posicionamiento, según informa el diario Le Soir. El Gobierno de Rajoy ha tachado las palabras de Michel como “inaceptables” y ha llegado a amagar con retirar su apoyo a la candidatura de Catherine de Bolle como presidenta de Europol.

El encargado de transmitir estas molestias ha sido el jefe de Gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas, quien ha escrito al embajador belga en España para criticar la postura de su primer ministro, el único que se ha salido abiertamente de la línea oficial en Europa de apoyar al Gobierno de Rajoy en sus actuaciones frente al desafío independentista.

Moragas avisa de que las palabras del primer ministro “podrían poner en serio peligro las relaciones bilaterales” y, según, el informe del embajador a su Ministerio de Exteriores, la candidatura de la belga a Europol "no puede ser apoyada tras la reacción de Bélgica a los acontecimientos de Cataluña".

En la cumbre de Tallin del 3 de octubre, Charles Michel ya mostró su rechazo al uso de la violencia policial e hizo un llamamiento para que la crisis se resolviese por medio del diálogo. Ya entonces, el Gobierno de España mostró su malestar con los belgas, según informó también el propio embajador.

Sin embargo, aunque la prensa belga habla incluso de un correo electrónico donde Moragas dice que el Gobierno español está “estupefacto”, desde Moncloa niegan la mayor. Aseguran que ni hubo nota verbal al embajador ni se le convocó, solo un comentario “espontáneo” que habría hecho una persona con familiaridad con los trabajadores de la embajada belga y que habría llegado por canales informales.

Además, el Gobierno español niega que se haya realizado ninguna amenaza con la candidatura de Europol, porque hay otros dos candidatos -además de la belga, un checo y un holandés- y que el apoyo se dará en función de “criterios objetivos”, señala El Mundo.