El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, durante la reunión que han mantenido ayer en el Palacio de la Moncloa. EFE El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, durante la reunión que han mantenido ayer en el Palacio de la Moncloa. EFE



Mariano Rajoy ha hecho este miércoles un difícil ejercicio de equilibrio en su improvisada reunión con dos asociaciones de víctimas del terrorismo. El incendiario que crispó los ánimos contra la política antiterrorista de Zapatero ahora que ve su casa arder se pone el casco de bombero. El presidente del Gobierno no lo tiene fácil ni de cara a las víctimas, a las que no consiguió ayer convencer, ni de cara al sector duro del PP, con José María Aznar a la cabeza. El martes pasado, Esperanza Aguirre fue la primera dentro del partido en anunciar que estará en la concentración convocada por la AVT. Ayer lo hicieron Ignacio González y Ana Botella. El Gobierno ha dudado hasta este miércoles sobre cómo actuar de cara a esta protesta y finalmente ha optado por dar luz verde a una representación, pero de cargos del partido.

La influencia de las víctimas
El Gobierno no puede apoyar de manera oficial la concentración contra la sentencia del Tribunal Europeo de Estrasburgo, que tumbó la doctrina Parot, porque sería ir contra la ley, y, particularmente, contra la ley europea. Pero por otra parte, sabe la gran influencia social del colectivo de las víctimas. Lo pudo constatar durante años, cuando el PP estaba en la oposición y usó la fuerza de este colectivo para atacar al Ejecutivo socialista. El propio Mariano Rajoy reconoció en una entrevista en 2006 que era su partido el que movilizaba y llenaba las calles.

Ángeles Pedraza rechazó usar La Moncloa para hacer declaraciones
La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, que se negó a usar las dependencias de La Moncloa para hacer declaraciones a los medios, tras la reunión con Rajoy, declaró que “estamos muy dolidos y muy enfadados”. En Twitter, después, hizo un llamamiento a la concentración: “Este domingo todos a la Plaza de Colón para pedir Justicia. Para estar con las víctimas. #YoVoyJusticia270. ¡Allí os esperamos!”.

La presión del ala dura
Rajoy ha tenido, además, la presión del ala dura del partido en materia antiterrorista. Desde FAES, se puso en cuestión la acción del Gobierno. En un escrito, el director de la fundación, Javier Zarzalejos, apuntó a la negociación con ETA y advirtió al Ejecutivo que pensar “que lo que está pasando no tendrá consecuencias o que se trata de la liquidación desafortunada de episodios del pasado no sería más que una temeraria despreocupación sobre el futuro del País Vasco y de toda España”.

El PP teme una protesta contra el Gobierno
En la cuerda floja, el PP ha estudiado con detenimiento el apoyo a la concentración de las víctimas. De hecho, ha mantenido contactos discretos con la Asociación de Víctimas contra el Terrorismo (AVT), según ha adelantado El País, para tomar el pulso de su indignación y recabar información sobre el lema de la manifestación. El Gobierno teme que la iniciativa de las víctimas termine siendo un acto de protesta contra su política antiterrorista al estilo de las que protagonizaron contra Zapatero, al que tildaron en aquellas concentraciones de "asesino", máxime cuando los ánimos en la capital estarán caldeados este domingo, ya que hay convocada para ese día una marea blanca contra la privatización de la sanidad. La concentración de la AVT tendrá lugar desde la una de la tarde en la Plaza Colón, de donde saldrá precisamente una de las columnas de la marea blanca a las 11.30 de la mañana.
Tras pensarse mucho a quién enviaría a la protesta, la dirección del PP ha anunciado que irán el responsable de Estudios y Programas, Esteban González Pons, y Javier Arenas.