A la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, no le ha quedado otra que recibir esta semana a las familias de los 62 militares muertos en el accidente del avión Yak-42 en 2003 tras el dictamen del Consejo de Estado que reconoce oficialmente por primera vez la responsabilidad del Ministerio de Defensa, dirigido por aquel entonces por el siempre insidioso Federico Trillo, y que señala la responsabilidad patrimonial del Estado en la mayor catástrofe de la historia moderna del Ejército español en tiempos de paz. Reunión que no pasa desapercibida en Castilla-La Mancha, y no porque entre las víctimas no haya castellano-manchegos, que haberlas haylas, sino por los asombrosos paralelismos existentes entre este trágico accidente evitable, según el dictamen aprobado por unanimidad, y el incendio forestal de 2005 en Guadalajara donde murieron once miembros de un mismo retén, desastre humano que fue utilizado por la también secretaria general del PP y jefa de la oposición en las Cortes regionales para arremeter sin miramientos contra el Gobierno socialista de José María Barreda, a quien quiso meter en la cárcel junto a media docena de técnicos y profesionales, cuyo único delito conocido fue trabajar para apagar las llamas que devoraron 13.000 hectáreas de masa forestal en la zona alcarreña de Riba de Saelices.

Sentencias, dimisiones y juezas amigas
Vayamos por partes. En el caso del Yak, la Audiencia Nacional condenó a tres años de cárcel al general de división Vicente Navarro por haber falsificado a sabiendas las identificaciones de 30 de los 62 cadáveres de los militares fallecidos en el accidente del avión ruso, mientras que sus dos ayudantes, el comandante José Ramírez y el capitán Miguel Sáez, fueron condenados a un año y medio, como cómplices de la falsificación. El primero murió y los segundos fueron indultados por el Gobierno de Rajoy, que también premiaba al responsable político no reconocido de la catástrofe, Federico Trillo, con la embajada española en Londres. Sin embargo, en el incendio de Guadalajara solo fue condenado el autor de la barbacoa que provocó las llamas, a pesar de la insistencia de la que era en esa época presidenta de la Audiencia alcarreña, Concha Espejel, íntima amiga de María Dolores de Cospedal, que tomó claramente partido para que el caso no fuera archivado por la primera jueza que llevó la instrucción y que, casualidades de la vida, fue trasladada y apartada del sumario que cayó en manos de una nueva jueza, enmendada hasta la saciedad por los magistrados de la Audiencia de Guadalajara, eso sí, sin Espejel ya al frente del organismo, que absolvieron a todos los técnicos denunciados por Cospedal. El incendio de Guadalajara se cobró las dimisiones de dos consejeros del Gobierno socialista, frente a cero dimisiones en Defensa.

Informes que sacan los colores a Cospedal
Suma y sigue. Trece años después del accidente evitable del Yak-42, el Consejo de Estado reconoce la responsabilidad del Ministerio de Defensa a través de un informe, aprobado el pasado 20 de octubre por unanimidad de su Comisión Permanente, máximo órgano consultivo del Gobierno, que preside el nada sospechoso exministro del PP, José Manuel Romay Beccaría, que determina que el accidente pudo haberse evitado si Defensa hubiera cumplido con su deber de velar por las condiciones en que viajaban los soldados. Pues bien, su homólogo castellano-manchego, el Consejo Consultivo, descartó por unanimidad que hubiera responsabilidad patrimonial en el incendio de Guadalajara, que se unía así al expediente tramitado por la propia Consejería de Agricultura que también eximía al Gobierno manchego de pagar nuevas indemnizaciones, abonadas en su día por el Ejecutivo socialista.

Nuevas indemnizaciones millonarias
Sin embargo, cuando Cospedal llegó a la presidencia del Gobierno de Castilla-La Mancha se comprometió a volver a indemnizar a las familias de las víctimas del incendio, que en su momento recibieron las mayores compensaciones económicas que contempla la ley por accidente de trabajo con cantidades que oscilaron entre los 347.132,74 y los 375.603,74 euros, siendo una de las mayores indemnizaciones pagadas en España por accidente de trabajo, a las que se unieron también otras prestaciones tramitadas por FREMAP en concepto de viudedad y orfandad, así como de la concesión de ayudas complementarias, consistente en 32 euros/mes por hijo y la tarjeta gratuita de transporte en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, entre otras. No conforme con esto, Cospedal se sacó de la manga una ley “ad hoc” para volver a indemnizar a los familiares de las víctimas del incendio, con cantidades en esa ocasión que fueron desde los 42.000 a los 102.000 euros. ¿Por qué se volvió a pagar, si, además, no existió responsabilidad patrimonial? Por cierto, Cospedal logró la Presidencia de Castilla-La Mancha en 2011 al ganar por goleada al PSOE en Guadalajara.

¿Tratará igual a las víctimas del Yak-42?
Llegado a este punto hay que preguntarse si la ministra de Defensa aplicará la misma doctrina que ejecutó en 2013 para reindemnizar a las familiares de los 11 muertos en el incendio de Guadalajara, donde no hubo responsabilidad patrimonial de la Junta de Comunidades, no así en el Gobierno de la nación de 2003. O lo que es lo mismo, ¿pedirá perdón a las familias y enviará al Ejecutivo la propuesta de una ley de compensación para pagar nuevas indemnizaciones? La hemeroteca recoge aquellas palabras de Cospedal en el Parlamento autonómico de Castilla-La Mancha, cuando dijo, sin temblarle la voz: "No es un tema de partidos políticos, si no de reconocimiento y así lo ve mi grupo parlamentario, que siempre hemos considerado que era un tema de justicia y reconocimiento”. Blanco y en botella.

Discriminación entre las víctimas
La Ley de Caso Único de Cospedal provocó todo un seísmo legal en Castilla-La Mancha, puesto que los sindicatos no entendieron por qué a las víctimas del incendio de Guadalajara se les paga dos veces y al resto de los trabajadores de la Junta de Comunidades muertos también en accidente de trabajo no se les compensaba de la misma forma. ¿Qué estaba pagando Cospedal con esa decisión? ¿”Reparar una injusticia”, como dijeron en el PP? ¿Por qué, entonces, no “se repararon” las otras supuestas injusticias, incluida la de los 62 muertos del Yak-42 a cuyas familias recibe esta semana la ministra de Defensa? Con estos antecedentes Cospedal tiene muy difícil convencer a estas sufridas familias ninguneadas durante 13 años por el partido en el que la ministra es también secretaria general.