La ex alcaldesa de Barcelona y hasta la fecha concejal en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal, Ada Colau, se encuentra preparando su salida del Consistorio, tal y como ya avanzó esta semana El Confidencial. No se demorará demasiado, en tanto que fuentes de su entorno predicen que lo hará oficial el próximo 14 de septiembre, cuando se celebrará la fiesta del décimo aniversario de Barcelona en Comú, partido fundado por ella misma y con el que fue capaz de ganar las elecciones de 2015.

Durante el último año, Colau ha sido preguntada en reiteradas ocasiones sobre cuáles son sus planes de futuro. La respuesta siempre ha sido la misma: que se quedaría en Barcelona. Ha recibido muchas peticiones para presentarse como candidata a la alcaldía en 2027, pero su partido sólo permite por código ético dos mandatos a los cargos electos, especialmente con la excepción que hicieron cuando se presentó en 2023. Del mismo modo, Colau tuvo ofertas para integrarse en el gobierno de Pedro Sánchez bajo el paraguas de Sumar, pero no las aceptó para no alejarse de su familia tras dos legislaturas de intensa dedicación en el Ayuntamiento. Sin embargo, su entorno la sitúa ahora en un proyecto internacional y algunas fuentes apuntan que marchará a Italia a dar clase en la fundación Feltrinelli de Milán. "Lo que tenga que comunicar, lo haré ante mi gente", ha defendido la propia Colau, aunque su marcha se ha convertido ya en un secreto a voces del que se han hecho eco los medios de comunicación.

Coincidente con fechas clave

La salida de la lideresa de los comunes coincide en clave interna con fechas señaladas para el partido. En primer lugar, con la ya mencionada celebración del décimo aniversario de Barcelona en Comú, y en segundo lugar, con la Asamblea Nacional de Catalunya en Comú, dirigida a tres cabezas por Colau, Jessica Albiach y Candela López, que se celebrará en noviembre. El futuro del liderazgo de la formación está en el aire, en tanto que Colau es un activo sin el que no puede entenderse su contexto: fundadora, líder, cara visible y un perfil al que todavía no se le ha abordado un relevo.

La tendencia electoral de los comunes, en tiempo reciente, ha sido dolorosa. Vienen de descalabros de altura después de haber perdido la alcaldía de Barcelona, aunque fueron clave para facilitar la investidura de Jaume Collboni. En el Parlament, solamente mantienen representación por Barcelona, y en las europeas, la candidatura de Irene Montero fue más respaldada que la de Jaume Asens. A su vez, huelga decir que la presencia de Colau en el consistorio es un obstáculo para que el PSC, si en algún momento quisiera, integrara a los comunes en su gobierno en minoría, por lo que su marcha también puede ser, en cierto modo, un mecanismo de desbloqueo de esta situación.

En el Ayuntamiento, el nombre más sonado para tomar el relevo en la cabeza del grupo municipal es la número dos, Janet Sanz, y a nivel orgánico, ha comenzado a escucharse el nombre de Gemma Tarafa, perteneciente al núcleo personal de Colau, presente en el grupo fundador y que tuvo un cargo técnico en el primer mandato de los comunes y uno político en el segundo.

El principal beneficiado de esta salida, de manera indirecta, será Jaume Collboni. Con Colau fuera del pleno municipal, Barcelona en Comú puede tener incentivos para pactar con el alcalde, y ello serviría, a su vez, para debilitar a Esquerra Republicana de Catalunya, que dejan de ser la única opción de los socialistas catalanes para seguir sacando adelante iniciativas. Recordar que Collboni gobierna en minoría, solo con diez regidores, y necesita constantemente de pactos y acuerdos para ejercer el mandato. Con este cambio, el abanico del PSC se hace unos cuantos pliegues más amplio.