El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha acusado este viernes al Partido Popular de "colaborar en la campaña de demonización" contra su formación después de que los 'populares' se abstuvieran en la votación de la Asamblea de Ceuta en la que se ha aprobado declararle persona non grata en la ciudad autónoma.

“El PP colabora en la campaña de demonización de Vox. Una campaña que produce violencia contra nosotros, nuestros simpatizantes y nuestras familias”, señalaba Abascal en su cuenta oficial de Twitter. “Al mismo tiempo pretende nuestro apoyo para sus iniciativas en varios parlamentos. O una cosa o la otra. Las dos no van a poder ser”, añadía el dirigente ultra.

La drástica decisión de la Asamblea de Ceuta se tomaba después de las declaraciones que hizo Abascal en la ciudad autónoma durante las dos visitas que realizó en siete días tras la crisis fronteriza de mediados de mayo. En concreto, el presidente de Vox tachó a parte de la sociedad y los representantes institucionales de los ceutíes en alusión implícita a los musulmanes, la mitad de la población local, de "promarroquíes" y de "quintacolumnistas" de las aspiraciones anexionistas del Reino alauita.

La iniciativa del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) de Fatima Hamed ha concitado el apoyo del PSOE y Caballas sumando diez votos y ha prosperado gracias a la abstención de dos diputados no adscritos ex de Vox y del PP, que intentó sin éxito circunscribir la resolución a "rechazar" las palabras de Abascal por considerar que "son falsas, debilitan la unidad en la defensa del bien superior de nuestra españolidad, perjudican la convivencia y favorecen las infundadas tesis marroquíes".

Peligra la alianza a nivel nacional del PP con los ultras

Tras la decisión de la Asamblea de Ceuta, el propio Abascal, diferentes dirigentes de Vox como el portavoz en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, y simpatizantes ultras como Juan Carlos Giratua o Rosa Díez, se encargaban de recordar que el partido de extrema derecha fue la formación más votada en las últimas elecciones generales.

Especialmente Vox se mostraba muy duro con el Partido Popular por su abstención. Un enfado nada baladí, ya que hay que recordar que los populares gobiernan en varias regiones gracias al apoyo de la extrema derecha (Comunidad de Madrid, Región de Murcia y Andalucía) y este desencuentro con los ultras podría desembocar en una crisis mucho mayor.