Exalcalde de Ávila, exdiputado, exsenador, exministro por partida triple (de Justicia, de Interior, de Administraciones Públicas), coordinador general del Partido Popular y secretario general de la formación bajo la presidencia de Mariano Rajoy. A este envidiable currículum popular, Ángel Acebes sumará un nuevo hito: compareciente ante la comisión que investiga la presunta financiación irregular del PP.

Los miembros de la Mesa y la Junta de portavoces de la comisión de la caja B del PP acordaron el pasado martes citar para el 31 de octubre a Acebes. Con su comparecencia se completa la lista de secretarios generales del PP, a excepción de Rajoy, que será quien cierre la comisión.

Puede parecer que Acebes, quien abandonó la política para dedicarse al sector privado, ya no forma parte de la actividad política; que no es mediático. Nada más lejos de la realidad.

El pasado sábado el hijo de Acebes celebraba su boda con Macarena Maza en la localidad malagueña de Marbella. Y los invitados no eran precisamente anónimos. En el convite se pudo ver al flamante líder del PP, Pablo Casado, junto a su mujer, Isabel Torres. También acudió José María Aznar junto a Ana Botella. Una boda, por cierto, en la que la batuta musical corría a cuenta de Pitingo, uno de los máximos exponentes del flamenco fusión.

Pero Acebes no solo es noticia por la boda de su hijo, las relaciones con la actual plana mayor del PP o la comparecencia ante la comisión de la caja B. El exministro se encuentra pendiente de la celebración del juicio oral de la salida a bolsa de Bankia, acusado de presunta apropiación indebida, falsificación de cuentas anuales, administración fraudulenta o desleal y de un delito de maquinación para alterar el precio. Acebes era vocal del Consejo de Administración y Presidente de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento del Banco Financiero y de Ahorro justo después de la salida a bolsa.

En ese mismo banquillo se sentará Rodrigo Rato, quien ingresará en prisión en los próximos días después de que el Tribunal Supremo confirmara la condena de cuatro años y seis meses en la sentencia de las tarjetas black.