El PSOE ha conseguido imponerse en Castilla y León con el 34,82% del voto. Porcentaje que le ha valido para conseguir 35 diputados autonómicos, estando la mayoría absoluta en 41. A las puertas de poder gobernar en solitario, la debacle de Podemos, 4,95% del voto y 1 solo escaño, hace que los socialistas dependan de Ciudadanos para obtener la gobernabilidad.

El PP en segundo lugar (31,60% y 30 diputados) es el que más fácil lo tiene, siempre que se mantengan los pactos defendidos a nivel nacional, para conseguir presidir la región.

Ciudadanos tendrá en su mano, con 12 diputados y un 15% del voto, la llave del gobierno. Sin ninguna duda, los naranjas son el partido clave en esta encrucijada. Los votos recibidos le permitirán maniobrar en los despachos y sacar el máximo rédito a sus números.

Si Ciudadanos apoya a los populares, Alfonso Fernández Mañueco conseguirá volver a presidir una comunidad teñida de azul desde 1987.