Las elecciones municipales y autonómicas han caído como un jarro de agua fría en Podemos. La fractura de los morados y las continuas tiranteces con las mareas, así como con Más Madrid, han pasado factura a una formación que ha visto cómo su poder se ha reducido con cada recuento en las urnas. Empezando por Madrid, la candidatura de Sánchez Mato, contraria a la gestión de Carmena al frente del Consistorio a lo largo de estos cuatro años, no ha conseguido llegar al 5% necesario para obtener representación en las elecciones municipales. 

De esta forma, el voto proferido a Madrid en Pie ha provocado que las aspiraciones de la izquierda no consigan materializarse. El más que previsible pacto entre PP, Ciudadanos y Vox provocará que José Luis Martínez Almeida tome el poder para los azules y consiga, tras cuatro años en la oposición, alzarse con la alcaldía desbancando a Manuela Carmena. 

La derecha ha obtenido 30 concejales, dejando en 28 la suma de Más Madrid y el PSOE. Derrota que ha provocado el adiós definitivo de Carmena, que ha decidido abandonar definitivamente la política y no ejercer sus funciones como líder de la oposición: "Hay que ver el momento adecuado para dejar el cargo. Me quedo como alcaldesa en funciones hasta la constitución del nuevo Ayuntamiento. Mi obligación es continuar hasta ese momento y será entonces cuando yo presente mi renuncia". 

Pero la capital no ha sido la única plaza en la que los morados han provocado que la izquierda se hunda. La fractura escenificada con sus mareas ha finalizado con debacles como la acaecida en regiones como Aragón, gobernada por Javier Lambán (PSOE) desde 2015. La suma de los socialistas con Podemos, IU y la Chunta Aragonesista provocó hace cuatro años que los del puño y la rosa pudieran gobernar la región. Sin embargo, esta vez el escaño necesario para obtener los 24 diputados autonómicos ha caído del lado del PP, que volverá a gobernar a nivel autonómico. 

Zaragoza ha corrido la misma suerte. Los 10 concejales conseguidos por el PSOE no han sido suficientes para obtener la gobernabilidad. Los morados, con la fractura resultante de la división entre Zaragoza en Común y Podemos han hundido cualquier tipo de aspiración. Pedro Santisteve consiguió gobernar una de las grandes ciudades bajo dominio morado en 2015, aupado por la suma concedida con los escaños del PSOE y la Chunta Aragonesista. Ahora, la derecha ha revalidado el mando municipal, sumando los 8 concejales del PP, 6 de Ciudadanos y 2 de Vox. 16 puestos en la mesa que son suficientes, por los pelos, para gobernar la capital autonómica. 

Menos poder para una estructura en caída libre

El PSOE se ha impuesto en las elecciones de Castilla - La Mancha. Emiliano García Page ha sobrepasado a la derecha con una mayoría absoluta aplastante. Sin embargo, Podemos ha perdido los tres escaños cosechados en 2015. Una pérdida más que sumar en una formación en la que los desencuentros públicos han pesado demasiado. Esto, sumado a los malos resultados en las elecciones generales, ha provocado una desmovilización masiva entre su electorado. 

Los tres escaños cosechados en las últimas elecciones autonómicas en Cantabria también han desaparecido. El Partido Regionalista de Cantabria consigue imponerse a sus rivales y sumar a las fuerzas mayorías para obtener la gobernabilidad de la región.

Valencia capital también ha supuesto un auténtivo revés para los de Iglesias. Los tres concejales conseguidos en 2015 se han difuminado, a pesar de que la suma de Compromís y el PSOE ha conseguido resistir la embestida azul y hacer que Joan Ribó permanezca como alcalde de la ciudad cuatro años más. 

Concejales y diputados apartados de la mesa de negociación a lo largo y ancho de España. Nueve en Castilla y León, cuatro en Baleares, cuatro en Murcia, dos en Extremadura, dos en La Rioja... un sinfín de puestos orgánicos perdidos que sentará a la mesa a Iglesias con su núcleo fuerte para redirigir los esfuerzos de un partido en caída libre.