Guadiana del Caudillo se ha hecho un hueco en muchos titulares en los últimos años y, tristemente, lo ha conseguido gracias a su peculiar alcalde del PP, Antonio del Pozo.

Aunque este regidor popular se hizo conocido por sus repetidas violaciones de la Ley de Memoria Histórica, negándose a cambiar el nombre al pueblo o manteniendo placas en honor al dictador Francisco Franco; este jueves Del Pozo es noticia por otro motivo: el alcalde y diputado por el PP en la Diputación de Badajoz ahora quiere ser funcionario.

Esta decisión no afectaría a su vida profesional o no estaría levantando polémica si no fuera porque Antonio del Pozo es alcalde de Guadiana del Caudillo con dedicación exclusiva y, además, es diputado, un puesto incompatible con el hecho de trabajar como funcionario.

Tras diez años como alcalde, Del Pozo comenzó sus estudios en Derecho hasta graduarse el año pasado en la Universidad Antonio de Nebrija. Actualmente tiene entre manos un máster de abogacía.

Con estos estudios, el popular se presentó a las pruebas de selección para ser funcionario provincial y, finalmente, su nombre aparece en la lista de admitidos para dos plazas de técnico superior jurista de la Diputación Provincial. De momento, 130 personas han pasado las primeras cribas y 15 se han quedado fuera. Ahora, los candidatos tendrán que superar tres exámenes diferentes.

Puestos incompatibles

Como hemos dicho anteriormente, Del Pozo es alcalde de Guadiana del Caudillo con dedicación exclusiva y diputado del PP.

En caso de superar los tres exámenes y acceder a la plaza de funcionario, el popular tendría que dejar su acta como diputado en la Diputación Provincial. Es totalmente incompatible con el hecho de ser funcionario ser al mismo tiempo representante político.

Además, también tendría que dejar el Ayuntamiento o, al menos, dejar de cobrar la cuantía por dedicación exclusiva y aceptar la de dedicación parcial.

La rebelión del alcalde contra la Memoria Histórica

En este municipio, con su alcalde popular a la cabeza, se ha defendido a ultranza el apellido que adorna su nombre: “del Caudillo” y todo recuerdo o símbolo que quede de éste en sus calles. Incluso, bajo obligación, han quitado para luego volver a poner una placa en la fachada del Ayuntamiento en la que se conmemora a Franco. Para evitar que nadie la dañara, custodiaron la placa con cámaras de vigilancia.

Sin olvidar que se niegan a modificar el nombre del pueblo pese a que la Justicia diga lo contrario.

Uno de sus último órdagos para desobedecer a la Ley de Memoria Histórica, tal y contamos en ELPLURAL, fue mayúsculo. Del Pozo encargó un catálogo de vestigios franquistas de Guadiana del Caudillo a un historiador franquista: Luis Eugenio Togores, el mismo que escribió las biografías de Millán Astray o del general Yagüe, y miembro de La Falange.