El CNI alertó en 2004 al rey Juan Carlos de la posibilidad de un atentado terrorista durante la boda del entonces príncipe Felipe y Letizia, según declaraciones del exministro de Defensa José Bono, recogidas por Vanitatis.

“A estas alturas y con el tiempo que ha pasado, lo puedo contar. Se habían establecido unas medidas especiales del espacio aéreo de Madrid para el acontecimiento. Yo, como ministro de Defensa, recibí una información por parte del Centro Nacional de Inteligencia muy inquietante. Habían robado varios ultraligeros, la situación era muy preocupante”, describe el exministro socialista. 

Bono ha explicado que “durante toda la boda estaba pendiente del teléfono. Estaba en contacto con el ministro del Interior, José Antonio Alonso; con Francisco Pardo Piqueras (director de la Policía Nacional), jefe del operativo de Vigilancia; con Antonio Camacho (secretario de Estado de Seguridad), y, por supuesto, con el presidente Rodríguez Zapatero".

El 22 de mayo de 2004 se celebró la boda real en la catedral de la Almudena, dos meses después de los atentados terroristas ocurridos en Madrid. La seguridad era extrema tanto durante la ceremonia como en la recepción en el Palacio Real.

7 millones para la seguridad 

El Ministerio del Interior dedicó a la seguridad de la boda más de siete millones de euros en seguridad y desplegó 20.000 agentes. El plan de prevención y protección antiterrorista estaba diseñado en su máximo nivel, incluida una suspensión del Tratado de Schengen sobre la libertad de circulación de personas que estuvo vigente desde el 16 al 24 de mayo, días en los que la Guardia Civil y la Policía Nacional extremó los controles en trenes, aviones y carreteras.

“Lo que queríamos era que la celebración acabara cuanto antes y los mandatarios extranjeros se fueran pronto”, afirma el exministro y expresidente del Congreso José Bono, quien asegura que "el rey Juan Carlos también estaba enterado de la situación", pero "el príncipe Felipe, no. Era su día”.

El minuto más crítico

 “El CNI estaba en máxima alerta y nosotros deseando que acabara el día y que cada uno se fuera a su casa”, dice Bono sobre aquella jornada que tuvo su momento más crítico a las 17.50 horas de la tarde, cuando desde la base de Cuatro Vientos despegaron dos helicópteros con tiradores de elite para patrullar el cielo de Madrid.

Según la versión oficial, se trató de una falsa alarma, pero lo que pasó realmente forma parte de los secretos de Estado.