Al final Ada Colau ha sido incapaz de sacar en el primer pleno del Ayuntamiento de Barcelona de sacar adelante la medida que más atención había atraído. La de los recortes de sueldos. CiU, PSC, Ciutadans y PP, con la abstención de ERC, han imposibilitado esa bajada salarial que la líder de Barcelona en Comú quería realizar a los concejales y que oscilaba entre un 15% y un 27%.

Barcelona en Comú y la CUP mantienen sus compromisos de 2.200 euros netos al mes
Tan solo los propios concejales de Colau y los de la CUP han votado a favor, lo que ha resultado suficiente. Los socialistas han argumentado que "no es de izquierdas bajar los salarios, sino crear puestos de trabajo", mientras que ellos y otras fuerzas han recordado que ya en 2008 se congelaron los salarios, y que en los años siguientes, 2010 y 2012, sufrieron recortes de un 7% y un 15% respectivamente.

Lo que han hecho los concejales de Barcelona en Comú y de la CUP  ha sido anunciar que aún así mantendrán su compromiso y tan sólo percibirán 2.200 euros netos al mes, mientras que el resto de su salario lo destinarán a diferentes organizaciones, que aún no han concretado.

La lucha por las empresas municipales
Pero no ha sido ésta la única derrota de Colau, que recordamos gobierna con el grupo más numeroso, pero muy minoritario frente a la oposición. Quizás más grave, aunque menos 'publicitada' ha sido la lucha por el control de las empresas municipales. Barcelona en Comú pretendía expulsar de los Consejos de estas empresas a los grupos de oposición. Pero no ha logrado el apoyo necesario para hacerlo.

Es más, en la que es principal empresa municipal de la ciudad, BSM (que controla todos los servicios urbanos) la oposición ha votado de tal forma que se ha quedado con el control del organismo. Es algo que en realidad ya habían hecho en la legislatura anterior los grupos de oposición, arrebatándoselo a Convergencia y Unió. Y que ahora han repetido, esta vez dejando en minoría en el Consejo de Administración a Barcelona en Comú.

Igualmente, a pesar de que en algún momento Colau pareció mostrar ciertas dudas sobre los beneficios que aportaba a la ciudad, el consistorio de Barcelona ha renovado hasta el año 2023 el acuerdo para continuar siendo sede del Mobile World Congress, una de las grandes ferias internacionales anuales, en las que se presentan las grandes novedades tecnológicas en el mundo de la comunicación.