CINEMA E MULLER

La Deputación de Pontevedra ha lanzado el proyecto ‘Cinema e muller’, encabezado por Xisela Franco y Beli Martínez, y que tiene como objetivo el dotar de visibilidad a las creadoras del audiovisual. Dentro del proyecto, se llevará a cabo un mapeo de mujeres realizadoras vinculadas a la provincia, la organización de charlas sobre cine y género y el estreno de Visións, película colectiva realizada por diez cineastas.

Las diez piezas que conforman Visións trasciende el medio cinematográfico para adentrarse en ese terreno tan amplio, pues cabe casi todo, del audiovisual, con trabajos experimentales que ahondan en el lenguaje desde diferentes niveles de experimentación. A pesar de los diferentes estilos de cada cineasta, interesa encontrar en Visións una idea global que recorre la película de forma transversal, y es la indagación en el lenguaje visual y sonoro a la hora de desarrollar un discurso que no solo tenga a la mujer en su centro, sino también en su base constructiva, creativa. Si el lenguaje construye el mundo, se debe encontrar aquel o aquellos que den voz a lo que ha estado silenciado, que abran nuevos caminos, que creen nuevos relatos. Por eso en Visións es tan importante la figura de la mujer como la manera en la que aparece representada, la forma de acercamiento a ella.

Eva Calvar, en Proxetar-se, usa el cuerpo de la mujer como pantalla de diferentes texturas que van desplazándose por él, aunque en ocasiones también parecen surgir de su interior hasta que, al final, arder como si fuera celuloide quemándose. Olaia Sedón, en 1/2, nos habla de la voz en dos partes, una para mostrar la construcción social que da más voz al hombre que a la mujer; en otra para, mientras se contiene un grito de desesperación que acabará explotando de hartura, escuchar frases hechas cotidianas fácilmente escuchables al cabo del día en relación con la mujer y que bajo su aparente banalidad, en realidad, esconden un relato social y de género asentado. Algo presente también en Ei, guapa!, de Sonia Méndez, quien tras establecer los cuatro espacios de convivencia –personal, íntimo, social y público- sigue a una mujer caminando por la calle en plano secuencia mientras debe escuchar el acoso verbal de un hombre. Situaciones que se han convertido en normalizadas, palabras estandarizadas, y que sin embargo siguen creando un relato que debe cambiar.

Claudia Brenlla, con Ambos mundos, plantea una pieza que contrapone a mujeres de dos espacios diferentes mientras narra la propia creación del corto para Visións, en un trabajo en el que al mostrar sus dudas y pensar que está fracasando, de hecho, está consiguiendo todo lo contrario. También busca en otras latitudes sus referentes Andrea Zapata-Girau en AAVA, situándose ella en el centro para hablar de la dificultad de una madre de conciliar su vida personal y laboral. Aunque sucede en Finlandia, la problemática es extrapolable a otras latitudes, creando, a su vez, un contraste generacional que muestra los diferentes espacios que han ocupado la mujer y el todavía enorme camino por recorrer. En Voguing, de Carmen Nogueira, la directora habla del relato blanco, masculino y heterosexual frente a otros relatos, negros, femeninos, gays y trans que aunque hayan ido surgiendo en los últimos años, todavía quedan fuera de las narraciones oficiales.

Lara Bacelo y Bego M. Santiago, en Aquí dentro y Zeitübergreifend (Alem do tempo e lugar), realizan dos piezas sobre la memoria, sobre el espacio y el tiempo, que aunque muy diferentes en su elaboración, se complementan. En la primera Bacelo indaga en los espacios íntimos a partir de la memoria a modo de cicatrices abiertas, mostrando lugares, páginas de libros, imágenes, sonidos. En Zeitübergreifend, la directora parte de una fotografía familiar en la que solo aparecen las mujeres de la familia para ir reconstruyendo la vida de cada una de ellas a partir de otras imágenes que conforman un álbum de fotografías muy particular. De montaje rápido, recorre más de cien años de historia de esa familia y, a la vez que reconstruye parcialmente sus vidas, o, al menos, da una idea aproximada, crea un relato paralelo sobre el crecimiento del espacio habitado por cada una de ellas mediante la expansión geográfica que lleva a las dos hermanas a salir de los parámetros que han conformado la existencia de las mujeres de la familia que las precedieron. El contraste de época, que queda bien marcado por las ocupaciones de ambas, incluida la pertenencia de la hermana de la directora a la banda Abjects, crean igualmente un relato sobre esa evolución.

En Corpo preto, Diana Toucedo parte de Límite, de Mario Peixoto, realizada en 1931, remontando algunas de sus imágenes para, casi en los parámetros del cine surrealista, situar a la mujer en el centro del relato en una lucha interna. Por su parte, Carla Andrade en Listen to Me, muestra varias mujeres en diferentes lugares mientras una voz exclama la frase que da título a la pieza, una manera de reivindicar la figura de la mujer como generadora de relatos, esto es, como creadora.