Ha llenado teatros, encabezado listas de ventas y emocionado a millones con sus letras cargadas de humanidad. Pero Rozalén es mucho más que una cantante: es altavoz de las causas sociales, psicóloga con vocación de sanar a través de la música y un referente en el activismo feminista y social. Te contamos quién es de verdad María Rozalén, la artista que ha hecho de la verdad su bandera.

Rozalén, una artista que no encaja en moldes

María Rozalén es una rara avis en la industria musical. Mientras muchos artistas optan por fórmulas seguras, letras inofensivas y discursos que no molesten a nadie, ella hace justo lo contrario. Cantautora, psicóloga y activista, la artista albaceteña ha convertido su carrera en una plataforma para hablar claro, sin filtros, de lo que otros prefieren callar.

Nacida en Albacete en 1986, Rozalén estudió Psicología en la Universidad de Murcia y completó un máster en Musicoterapia. Un camino que ya evidenciaba que su vínculo con la música iba más allá del entretenimiento: era una herramienta para comprender, para acompañar, para sanar. Y así lo ha demostrado desde que se dio a conocer en 2013 con su primer disco Con derecho a…, que contenía joyas como 80 veces o Comiéndote a besos, una delicada pero valiente canción sobre el VIH que rompió tabúes en el pop español.

Letras que abrazan y golpean

Rozalén no solo canta bien, sino que sabe exactamente qué quiere decir y por qué. En un panorama musical donde el compromiso escasea, ella se ha erigido como una de las voces más coherentes y combativas. Sus canciones abordan temas como la memoria histórica (Justo), la violencia de género (La puerta violeta) o la salud mental (Y busqué), y lo hace desde un lugar profundamente humano, sin paternalismos ni dogmas.

La Puerta Violeta se ha convertido casi en un himno del movimiento feminista. Compuesta tras una manifestación del 8M, la canción describe la necesidad de romper con el ciclo de la violencia machista desde una mirada esperanzadora. 

Música para todos: su apuesta por la inclusión

Uno de los aspectos más distintivos de Rozalén es que actúa siempre acompañada por Beatriz Romero, intérprete de lengua de signos. Desde sus inicios, la artista ha apostado por la inclusión real en sus conciertos, donde cada palabra es también traducida para personas sordas. Una decisión que no responde a modas ni a estrategia de marketing, sino a una convicción personal: la cultura debe ser accesible para todos.

Esta iniciativa ha sido reconocida con varios premios, como el Premio Nacional de Músicas Actuales en 2021, otorgado por el Ministerio de Cultura, que valoró no solo su calidad artística sino también su compromiso social.

Rozalén acompañada de Beatriz Romero, intérorete de lengua de signos. EP.

Entre la emoción y la denuncia: el equilibrio de Rozalén

A diferencia de otros cantautores que se han quedado atrapados en el mensaje, Rozalén no sacrifica la belleza por la consigna. Sus melodías son cuidadas, a menudo con un aire folk o de raíz, y colaboraciones con artistas como Estopa, Kase.O o Silvio Rodríguez demuestran la amplitud de su universo sonoro.

Ese equilibrio entre emoción y denuncia es, tal vez, su mayor virtud. Escuchar a Rozalén es, muchas veces, un acto de catarsis colectiva. Y ahí radica parte de su éxito: en una época de polarización, ella logra hablar de temas difíciles desde un lugar empático, casi terapéutico.

Hoy, Rozalén es mucho más que una voz bonita. Su perfil escapa del estereotipo de estrella pop: es cercana, clara, honesta. Y eso, en estos tiempos, es casi revolucionario.