Toledo es una de las ciudades con más arte e historia de España. Cada uno de sus rincones alberga algo nuevo que descubrir y es por ello por lo que cada año miles de turistas deciden visitar esta ciudad. Incluso estando de paso por Madrid, se hace imprescindible dedicar uno de los días del viaje, a visitar Toledo.

En esta ciudad, perteneciente a la comunidad de Castilla-La Mancha, no solo podemos admirar la intocable arquitectura de la época medieval, de cada uno de los edificios que componen sus calles. También podemos disfrutar de arte puro visitando su gran variedad de museos, siendo uno de los más importantes, el Museo del Greco. Así, de esta amplia e importante historia del arte que protagoniza Toledo, se desprende también una curiosa forma de artesanía muy valorada en la ciudad.

La artesanía de Toledo ha traspasado fronteras nacionales e internacionales y hoy en día es un icono de la ciudad. Así pues, la tradición, la historia y el arte no solo se respiran en las calles, sino también en todos sus productos. Los más típicos son la cerámica y el forjado pero también la madera, la espadería y el damasquinado. Este último, puede encontrarse en joyas y artículos de decoración, en tiendas como Greco Barcelona.

El damasquinado es un tipo de ornamentación basado en la incrustación de dibujos con hilos de plata y oro, sobre un metal que puede ser hierro, acero o cobre. La gran variedad de piezas en las que está presente esta ornamentación, suelen mostrar motivos cristianos, hebreos o mozárabes, es decir, una mezcla de toda la cultura e historia de Toledo.

En cada una de las calles de esta ciudad manchega, pueden contemplarse diversos talleres que se dedican a la fabricación del damasquinado. En ellos, los turistas pueden ver cómo se fabrican estas piezas, en un intento por demostrar que la artesanía sigue siendo la tradición más típica de la ciudad. También pueden verse talleres donde se forjan espadas, otro producto muy típico de una ciudad que se caracteriza por haber sido imperial y haber estado amurallada durante años. Estas espadas también pueden encontrarse con decoración del damasquinado, de madera o de forja.

Los talleres de cerámica también nos muestran el trabajo tradicional de jarras, botellas, fuentes, cántaros e incluso azulejos donde la mezcla de arena, agua y color da lugar a una verdadera pieza de arte. Por otro lado, los talleres de madera no son menos que los anteriores, pues muestran el verdadero arte de fabricar muebles de madera tallados y perfectamente decorados.

Como Toledo es una ciudad en la que se respirar historia por doquier, en la artesanía no va a ser menos. En épocas anteriores, los objetos de cocina, como las aceiteras, los marcos de las ventanas, candelabros y faroles, entre otros, estaban fabricados en forja. Así pues, para seguir manteniendo esa tradición, muy acorde con la historia de sus calles y otros elementos, los turistas pueden adquirir productos fabricados con este material.

Todos estos productos típicos, pueden encontrarse decorados con el típico damasquinado. Así, se puede conseguir una pieza única en la que se aprecia la combinación de las cuatro artesanías típicas de Toledo, en un solo objeto.