En el día Mundial del niño que se celebró el 20 de noviembre es importante recordar que hay 28 millones de niños que han tenido que huir de sus casas por la violencia y la guerra, buscando un lugar seguro para vivir. En su huida apenas han podido coger ropa o alimentos y, en muchos casos huyen solos.
En pleno siglo XXI, era de la globalización y la tecnología, 250 millones de niños y niñas viven en países afectados por conflictos armados. Muchos de ellos, acorralados en zonas sitiadas por la guerra, viven con miedo a que sus colegios, hospitales y casas sean los próximos en ser atacados, como estamos viendo estos días que ocurre a diario en la ciudad de Alepo –Siria- donde se repiten las escenas como la que encabeza esta nota.
Podemos seguir dando cifras alarmantes: 98 millones de personas, solo el año pasado, sufrieron las consecuencias de desastres naturales y 300 millones de niños viven en zonas con una contaminación extrema. Pero hay gobernantes –el presidente electo de Estados Unidos entre otros- que no se toman en serio el calentamiento global.
El objetivo del Día Universal del Niño, según Unicef- es recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y por tanto que más sufre las crisis y los problemas del mundo; recordar que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que haya nacido.
Todos los derechos de los niños están recogidos en un tratado internacional que obliga a los gobiernos a cumplirlos: la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Es el tratado más ratificado de la historia y los 195 Estados que lo han ratificado tienen que rendir cuentas sobre su cumplimiento al Comité de los Derechos del Niño.
Los 54 artículos que componen la Convención recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Su aplicación es obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores y los propios niños y niñas.
La Convención sobre los Derechos del Niño se convirtió en ley en 1990, después de ser firmada y aceptada por 20 países, entre ellos España. Hoy, la Convención ya ha sido aceptada por todos los países del mundo excepto Estados Unidos. El Día Universal del Niño, recuerda cada año la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, el 20 de noviembre de 1989.